La obesidad, principal causa de reflujo gastroesofágico

La obesidad es el principal factor de riesgo de la enfermedad por reflujo gastroesofáfico (ERGE), que sufren entre un 30 y un 40% de la población española, según los expertos reunidos en el XXII Symposium Díaz-Rubio sobre el tratamiento actual de las enfermedades digestivas, que se celebra el 28 y 29 de abril en Madrid. La ERGE y sus novedades en el tratamiento serán uno de los temas centrales de estas jornadas que están organizadas por el Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos y reúnen a más de 150 especialistas en aparato digestivo como gastroenterólogos o hepatólogos. El objetivo del mismo "es servir de punto de encuentro para la actualización de conocimientos sobre las distintas patologías digestivas y las novedades en cuanto al diagnóstico y tratamiento", indica el doctor Enrique Rey, jefe de servicio del Hospital Clínico Universitario San Carlos y coordinador del Symposium.

Un estudio publicado este mes en la revista United European Gastroenterology Journal  concluye que la obesidad potencia la lesión esofágica inducida por reflujo e inflamación. "Se trata de la epidemia del siglo XXI que en nuestro país está aumentando de manera notable", subraya el doctor Rey. Tanto la obesidad como el aumento brusco de peso son los dos principales factores de riesgo de la ERGE, debido a que "al aumentar la presión intra-abdominal, la barrera que existe entre el estómago y el esófago disminuye lo que facilita el ascenso de los ácidos gástricos", añade el doctor. Así, entre los síntomas que pueden aparecer se encuentran la pirosis o sensación de ardor o acidez retroesternal, la regurgitación o sensación de que pequeñas partículas de comida vuelven a la boca y la tos irritativa o disfonías.

Se estima que una de cada diez personas tienen estos síntomas al menos una vez a la semana y, uno de cada tres, mensualmente. Otros factores de riesgo incluyen "la genética o el estrés, ya que aumenta la secreción de ácido", explica el doctor Rey. Además el tabaco, el alcohol, una dieta rica en grasas y comidas picantes y muy condimentadas, dormir en decúbito lateral derecho o algunos fármacos pueden ocasionarlos. Por lo tanto es aconsejable "seguir unos hábitos de vida saludables que incluyen una dieta sana y equilibrada que permita controlar el peso, la práctica de ejercicio moderado, evitar los tóxicos y evitar tumbarse inmediatamente después de las comidas", expresa. Además, añade, es importante que "en caso de sufrir estos síntomas se acuda al especialista para que pueda indicar el tratamiento a seguir".

En cuanto a su tratamiento, "lo habitual es utilizar inhibidores de la bomba de protones (IBP) que mejoran los síntomas y consiguen reducir el reflujo pero hay casos en que no resulta suficiente", señala. Por eso, "la clave está en proteger el esófago del daño que puedan producir los ácidos, para ello tenemos un nuevo producto, de libre dispensación, que tiene un mecanismo de acción diferenciado de los anteriores", comenta.

Se trata de un gel "que combina ácido hialurónico, sulfato de condroitina y polaxámero 407 que recubre toda la mucosa esofágica y la protege, además de reparar el daño causado por los jugos gástricos", indica.

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