Según han destacado los expertos en el III Simposio Internacional EXERNET y la II Convención de Posgraduados INEF (Instituto Nacional de Educación Física), la práctica de un programa de ejercicio aeróbico y moderado durante el embarazo influye positivamente en la tolerancia a la glucosa y el tipo de parto.
Además, las mujeres embarazadas experimentan importantes mejoras en la percepción de su salud, así como en la respuesta cardiovascular del feto ante el ejercicio materno.
El embarazo es un momento excepcional en la vida de una mujer, en el que todos los sistemas corporales se adaptan para mantener la homeostasis materno-fetal. Estas modificaciones, como el aumento de peso, las alteraciones hormonales y los numerosos cambios anatómicos y locomotores, junto con estilos de vida inadecuados (mala alimentación, sedentarismo) colocan a la mujer embarazada ante el riesgo de importantes alteraciones que van desde la conocida diabetes gestacional hasta problemas del suelo pélvico (incontinencia urinaria o fecal, disfunción sexual o prolapsos).
Entre el 10% y el 30% de las mujeres sufren depresión durante el embarazo. Un estado anímico depresivo durante este periodo puede tener un impacto nocivo sobre el desarrollo cerebral del feto, incrementar el riesgo de parto a pretérmino y restricción de crecimiento intrauterino, bajo peso del nacimiento, dificultades de alimentación y problemas de sobrepeso en su niñez.
En la actualidad, numerosos estudios científicos apoyan la práctica de ejercicio físico regular durante la gestación como un hábito fundamental tanto para la prevención como para el tratamiento de diversas complicaciones.