La rehabilitación respiratoria ayuda a mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas

Las enfermedades respiratorias crónicas constituyen la tercera causa de muerte por enfermedades no transmisibles. Se trata de patologías crónicas de las vías respiratorias y otras estructuras pulmonares que dificultan la entrada de oxígeno en los pulmones (insuficiencia respiratoria) provocando sensación de ahogamiento y cansancio físico.

Hay diferentes tipologías y causas de las enfermedades pulmonares crónicas, aunque todas comparten algunos factores comunes de riesgo, como el tabaquismo, la contaminación y los alérgenos.

Algunos de los trastornos respiratorios con mayor incidencia son la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma, la bronquitis crónica, las alergias respiratorias y la fibrosis quística.

Este tipo de enfermedades conllevan trastornos asociados puesto que la dificultad para respirar impide al enfermo desarrollar con normalidad muchas de las tareas diarias, pudiendo llegar a generar depresión y ansiedad.

Aunque este tipo de enfermedades no tienen cura, se ha demostrado que la rehabilitación pulmonar es eficaz en la reducción de los síntomas derivados de las enfermedades respiratorias crónicas y, por tanto, en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.

Esta terapia pretende disminuir los síntomas de la enfermedad, facilitar al enfermo el desarrollo de sus tareas diarias, aumentar su rendimiento físico, mejorar su estado emocional y disminuir las hospitalizaciones.

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