La retinopatía diabética, una de las complicaciones oculares más graves de la diabetes, es responsable en España del 7,6% de las cegueras, y ocupa el quinto lugar entre las causas más frecuentes de ceguera o disminución de la visión, de acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes y la Organización Mundial de la Salud, que impulsan la prevención y la detección precoz de esta enfermedad para evitar así complicaciones severas.
Según datos de la Federación Internacional de la Diabetes, actualmente en el mundo 415 millones de adultos padecen diabetes y se espera que el año 2040 se alcance los 640 millones. En cuanto a España, el 13,8% de los españoles mayores de 18 años tiene diabetes tipo 2, lo que equivale a más de 5,3 millones de personas. De ellos, el 43% del total, desconocen que padecen la enfermedad y no reciben tratamiento.
La diabetes se asocia, entre otras muchas complicaciones, con un grupo de problemas oculares que pueden derivar en pérdida de visión o, incluso, ceguera. Uno de los más frecuentes es el denominado como retinopatía diabética causada por el deterioro de los vasos sanguíneos que irrigan la retina. En España, la prevalencia en los pacientes con diabetes tipo 2 oscila entre el 20% y el 25%, mientras que la prevalencia en los pacientes con diabetes tipo 1 es del 65%.
Estas cifras evidencian la necesidad de llevar a cabo revisiones anuales que proporcionen información precisa y veraz a cerca de las medidas preventivas, la detección precoz y el cumplimiento estricto del tratamiento para evitar complicaciones como la retinopatía diabética que puede provocar ceguera y no ocasiona síntomas hasta que se inicia la pérdida de visión.
Según la doctora Lucienne Collet, retinóloga del equipo de oftalmología del Hospital Sanitas CIMA, "cuando las paredes de los vasos se alteran, se producen fugas de líquido, formación de otros vasos anormales y crecimiento de tejido fibroso. Cuando esto sucede, la retina no realiza bien su función, y la visión se deteriora".
El riesgo de desarrollar retinopatía diabética es mayor cuanto más tiempo haya pasado desde el inicio de la diabetes; pero el momento en que se presenta también varía y depende del tipo de diabetes y del grado de control metabólico de cada paciente. Para realizar el diagnóstico, el oftalmólogo utiliza la angiografía con fluoresceína y la tomografía de coherencia óptica. "Una vez diagnosticada la enfermedad, se valora el grado de afectación de la mácula y se utiliza el láser o las inyecciones intravítreas de sustancias antiangiogénicas para detener su progresión. En algunos casos, es necesario realizar una vitrectomía pero, en cualquier caso, es crucial una detección precoz para mejorar el pronóstico y un compromiso del paciente con el control de su glucemia para detener su progresión y evitar complicaciones mayores" explica la doctora Lucienne Collet.
El servicio de oftalmología del Hospital Sanitas Cima de Barcelona, comprometido con la prevención de la retinopatía diabética, realiza distintas acciones de concienciación como las jornadas que tuvieron lugar el 14 de noviembre, Día Mundial de la Diabetes, en las que se ofrecieron revisiones oftalmológicas gratuitas.