Según los expertos, la promoción de modos de desplazamiento activos, en bicicleta, por ejemplo, constituye hoy en día una oportunidad para la salud pública con un gran potencial para la mejora de la salud y el bienestar de la población. Numerosos estudios evidencian que la actividad física de intensidad moderada, como caminar, montar en bicicleta o nadar, implican un importante impacto de ganancia en salud.
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Por ello, la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) considera necesario que las distintas administraciones públicas con responsabilidad en el transporte y la seguridad vial, promuevan el uso de la bicicleta en el entorno urbano de manera que se incluya como parte integral del sistema de transporte.
La actividad física produce un efecto positivo sobre la salud de la población. Por el contrario, la inactividad física es causa de importantes efectos adversos. De hecho, el sedentarimo es un factor de riesgo de numerosas patologías crónicas (cardiopatías, diabetes, osteoporosis o cáncer). En concreto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa la falta de actividad física como el cuarto factor de riesgo de mortalidad global.