Masayuki Okuda de la Universidad de Yamaguchi y su equipo han relacionado, en 396 niños de entre 10 y 13 años, el riesgo de sufrir eczema, sibilancias o asma con los niveles de vitamina E en sangre. Los niños con mayor cantidad de compuestos relacionados con la vitamina E tenían un 67% menos de riesgo de desarrollar eczema que aquellos con los niveles más bajos. Lo mismo se observó en los participantes con porcentajes moderadamente altos de esas sustancias. Aunque el estudio no prueba que exista una relación causa y efecto, proporciona una base de confianza para ulteriores estudios sobre este tema. La vitamina E se encuentra en los aceites vegetales, los frutos secos y los granos integrales.
No existen estándares unificados para los niveles de esos compuestos en sangre, pero se aconseja que los niños consuman 16 UI de vitamina E por día.
El efecto antioxidante y de refuerzo del sistema inmunológico de la vitamina E sería el responsable de la reducción del riesgo de desarrollar eczema.