La vuelta al cole

Entre un 5-8% de los niños, según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria presentan síntomas del llamado síndrome postvacacional: insomnio, problemas digestivos, ansiedad, irritabilidad, tristeza, apatía, etc. La vuelta al cole supone un importante factor de estrés para ellos. Pero también para sus familias, que además este año afrontan la vuelta al cole más cara de la historia: entre 700 y 800 euros por niño.

Los padres se enfrentan a un síndrome de depresión postvacacional que tiene un factor añadido de estrés: la vuelta al cole de los niños. Si los dos padres trabajan, los más pequeños tienen que ir a la guardería desde el primer día en que los se incorporan a sus trabajos. Pero se tendrán que buscar la vida para poder hacer algo con los que están edad escolar y encontrar el modo de que estén atendidos hasta que salgan de la oficina. Por añadidura, queda por preparar la vuelta al cole de los niños: comprar libros y material escolar, ropa adecuada o uniforme, etc.

Y este año, por añadidura, se enfrentarán a la vuelta al cole más cara de los últimos tiempos, incluso si sus hijos van a un centro público: entre 700 y 800 euros por niño es lo que tendrán que desembolsar este año antes de que empiecen las clases. Será una cuesta de septiembre muy sufrida, en la que el estrés estará presente en el ámbito familiar hasta que la rutina diaria ponga las cosas en su sitio.
 

El síndrome postvacacional de los niños

La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMfyc) ha realizado un estudio sobre el síndrome postvacacional de los niños, según el cual entre el 5 y el 8% de ellos lo sufren. Un dato importante: es más frecuente en aquellos niños cuyos padres también lo padecen.

Los síntomas más frecuentes de este síndrome postvacacional infantil son tristeza, apatía, decaimiento, falta de concentración, ansiedad e irritabilidad, aunque en los casos más graves hay que añadir insomnio y somatizaciones que generan problemas intestinales como diarrea e incluso vómitos.

No obstante, hay que hacer una advertencia. Las somatizaciones responden a un rechazo al colegio que puede ser preexistente, es decir, anterior al verano. La dificultad con los estudios o problemas con los compañeros del curso anterior pueden ser la causa de este rechazo, lo que implicaría un problema más grave que habría que evaluar e incluso consultar con un profesional.
 

Preparar la vuelta al cole

Para evitar el síndrome postvacacional hay que ayudar a los niños siguiendo pautas similares a las que deberían seguir los adultos que lo sufren. Hay que empezar a recuperar las rutinas más importantes al menos una semana de que den comienzo las clases.

Lo primero es reestablecer los horarios. Tienen que empezar a levantarse y a acostarse a la misma hora que lo hacen durante el curso. Es la mejor forma de no tener que sacarles a rastras de la cama desde el primer día. También el horario de comidas tendrá que ser el que rija durante el resto del tiempo.

Otro aspecto importante es que vuelvan a acostumbrarse poco a poco a la actividad escolar para que luego no les cueste tanto hacer los deberes cuando vuelvan a casa después de las clases. Hay que buscar un hueco para acompañarles cada día durante al menos una hora mientras repasan lo aprendido el curso anterior.

Tampoco hay que dejar para el último momento los demás preparativos: la compra o búsqueda de los libros y el material escolar, la mochila, el uniforme o la ropa adecuada (los niños crecen muy rápido). Además los niños deben participar en los preparativos, ya sea poniendo su nombre en todos los materiales, forrando los libros y en la organización de todo el material. Será una manera de que la idea de que tienen que volver al cole se vaya asentando en ellos.

Finalmente, la última semana será bueno que vuelvan a ver a sus compañeros de clase. El reencuentro con sus amigos afianzará la idea de que las clases están a la vuelta de la esquina. Empezará contándose las vacaciones y acabarán por hablar de la vuelta al colegio.
 

La primera semana de clase

Todo lo anterior se refiere a la preparación para un hecho que ha de llegar. Pero el primer día de clase marca la vuelta a la realidad y es cuando comienza el verdadero síndrome postvacacional, que suele durar entre dos días y una semana. Es el momento en que tanto los padres como los profesores o educadores deberán ayudarles a adaptarse de nuevo a la rutinas diarias que regirán todo el curso.

La actitud positiva es la mejor forma de hacerlo. Como en la semana anterior, los niños deben sentirse protagonistas. Hay que incitarles a hablar del colegio, de los nuevos profesores o compañeros, de qué han hecho en clase. Y hay que tener respuestas positivas ante las posibles quejas, acompañarles mientras hace las tareas y, en definitiva, ayudarles muy de cerca de recuperar la normalidad.
 

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