El otoño es la época del año en la que más se cae el cabello. De hecho, las consultas aumentan por este problema un 30%. El Dr. Miguel Sánchez Viera, director del Instituto de Dermatología Integral (www.ideidermatologia.com), afirma que, "es algo que ocurre todos los años, ya que en algunas personas la caída es muy evidente. Esto hace que los pacientes se preocupen por no volver a recuperar el cabello perdido en esta época".
Sin embargo, en otoño se produce lo que los dermatólogos denominan defluvio telógeno, una fase en la que el cabello entra en reposo y caída, pero que en 2-4 meses deja paso a un cabello en fase de crecimiento y fortaleza. "Forma parte del proceso natural de renovación capilar. Es un recuerdo de tiempos más primitivos cuando el hombre tenía el cuerpo cubierto de pelo y se adaptaba a cada estación del año, como el resto de los mamíferos con pelo" dice el Dr. Sánchez Viera.
De media, perdemos entre 100 y 150 cabellos al día, que son repuestos por pelo nuevo. En otoño este número aumenta, pero no hay que preocuparse si pasados unos meses el cabello vuelve a tener la densidad y fortaleza habitual. "Debemos empezar a preocuparnos si pasados unos meses el grosor de la coleta disminuye, si seguimos viendo muchos cabellos en la ducha o la almohada o vemos que nuestro cabello clarea, es decir, que cuando nos miramos en el espejo se nos ve cada vez el cuero cabelludo" asegura el director de IDEI.
Este hecho puede indicar que hay un problema capilar de fondo que se ha desencadenado con el defluvio otoñal. El más habitual es la alopecia androgenética. Las causas principales de la alopecia androgenética, tanto masculina como femenina, son la predisposición genética y un aumento de la acción de las hormonas masculinas o andrógenos. En los hombres puede empezar a aparecer entre los 30 y 40 años, mientras que en las mujeres es más frecuente con la llegada de la menopausia, cuando el nivel de hormonas femeninas (estrógenos) disminuye. "Afortunadamente, si el problema es detectado a tiempo la caída del cabello se puede detener e, incluso, recuperar parte del cabello perdido", asegura el director del Instituto de Dermatología Integral.
¿Cómo actuar cuando el cabello perdido no se recupera?
En estos casos lo mejor es acudir a un especialista en dermatología para que haga un estudio en profundidad de lo que está originando la caída permanente.
"Afortunadamente, la dermatología capilar avanza día a día y cada vez hay más técnicas y tratamientos que nos permiten ser más optimistas a la hora de realizar un diagnóstico precoz y tratar los problemas de alopecia de una forma cada vez más efectiva", asegura Sánchez Viera.
Algunos de estos nuevos tratamientos son:
Dutasteride: es un fármaco antiandrógeno, como el finasteride, más potente. Su uso es principalmente en la hipertrofia prostática, pero cada vez hay más experiencia en alopecia androgenética.
Plasma rico factores de crecimiento plaquetarios: obtenido a partir de la sangre del propio paciente, puede ayudar en algunos casos de alopecia que no responden a tratamientos más frecuentes.
Mesoterapia capilar: es una técnica de microinyecciones muy utilizada en medicina estética. Permite inyectar fármacos útiles en cada tipo de alopecia en el punto exacto donde estos actúan: el folículo piloso.
Microinjerto: las nuevas técnicas de microinjerto capilar consiguen unos resultados cada vez más naturales, pudiendo atajar la alopecia desde sus primeros síntomas, sin incisiones, con la técnica FUE, y con la garantía de que el cabello injertado, que no padece la enfermedad, no volverá a caer.