En España, estas enfermedades afectan a uno de cada mil niños, y entre el 30% y el 50% las arrastra hasta la edad adulta. A pesar de que la incidencia y prevalencia es baja con respecto a otras dolencias, como el asma infantil, la enfermedad celiaca o la diabetes, las enfermedades reumáticas son un importante problema de salud en la infancia.
Son enfermedades que pueden causar limitaciones y, en ocasiones, importantes discapacidades no sólo en esta etapa de la vida, sino también en la edad adulta.
La más común es la artritis idiopática juvenil (AIJ), que es también la que puede generar un mayor grado de invalidez. Además, esta enfermedad inflamatoria crónica es una de las principales causas del desarrollo de osteoporosis en los niños y de alteraciones de la densidad de la masa ósea.
Se debe realizar un abordaje multidisciplinar en el que se incluyan reumatólogos, pediatras, rehabilitadores, etc., y donde el apoyo psicosocial y educativo, tanto al paciente como a las familias, sea fundamental.
Por otra parte, apenas existen estudios respecto a los tratamientos infantiles, la diferencia fundamental entre las actuales terapias farmacológicas para los pacientes adultos e infantiles es la pauta de administración, que se ajusta al peso de cada uno.
Una exposición adecuada al sol y la actividad física, así como adquirir unos hábitos nutricionales adecuados ya desde pequeños, son criterios importantes a la hora de poder prevenir que estas dolencias óseas sean consecuencia de esta enfermedad. Asimismo, es necesario controlar la actividad inflamatoria de la enfermedad en cuestión e intentar usar corticoides con la mínima dosis eficaz y el menor tiempo posible.
Según un grupo de expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami cuyo trabajo aparece publicado en la revista Pediatrics, el consumo de bebidas energéticas puede ser peligroso para niños y adolescentes ya que pueden causar por su exceso de cafeína y de ingredientes similares palpitaciones, ataques, ictus e incluso la muerte súbita.
Los expertos señalan que algunas de estas bebidas tienen entre cuatro y cinco veces más cafeína que la soda y dicen que algunos menores consumen entre cuatro y cinco bebidas diarias. Además, las bebidas energéticas suelen contener ingredientes que pueden aumentar los efectos excitantes de la cafeína o que puede tener otros efectos secundarios, como náuseas y diarrea.
Según este informe, cerca de un tercio de los adolescentes y jóvenes consume estos productos de forma regular. Sin embargo, aún faltan investigaciones sobre los riesgos a largo plazo de su uso y sus efectos en niños, sobre todo en aquellos con enfermedades que puedan aumentar estos riesgos.
Los expertos recomiendan que los pediatras alerten a los padres sobre los peligros de este tipo de bebidas y desanconsejen su consumo habitual. Además, solicitan que se regulen estos productos de forma tan estricta como el tabaco, el alcohol o la prescripción de fármacos.