El virus del papiloma humano (VPH) es un virus muy común que se transmite de persona a persona por cualquier tipo de contacto sexual. El VPH se transmite por contacto directo entre los epitelios, provocando lesiones en aquellos que infecta como pueden ser las verrugas, que es lo que más conoce la población. Las verrugas en medicina reciben el nombre de papiloma y por eso el virus se denomina de esa forma. Hay descritas más de 200 cepas de VPH y hay algunas que sin producir verrugas pueden producir lesiones. Estas últimas son visibles al microscopio pero no a la vista porque no se manifiestan como verrugas y pueden ser precancerosas.
La infección VPH se puede contraer cuando se mantienen relaciones sexuales por vía vaginal, anal, oral o por contacto genital estrecho. Puede causar cáncer de cuello uterino en las mujeres, así como otros cánceres anogenitales, orofaríngeos y verrugas genitales en mujeres, pero también en hombres.
Se trata de la infección de transmisión sexual más prevalente. Normalmente estas infecciones son transitorias y entre el 80 y el 90% desaparecen en uno y dos años, pero existe una clara evidencia de la relación del VPH con la aparición de cáncer de cuello de útero, por lo que la extensión de cribados y de vacunas son muy importantes. Extender la vacunación y los cribados del virus del papiloma humano frenarán los cánceres que provoca, tanto en mujeres como en hombres.
En este contexto, el Dr. José C. Quílez, médico adjunto al servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Basurto y vocal de la Junta Directiva de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia, destaca que la infección no tiene tratamiento. "No se puede tratar la infección y la tiene que eliminar el propio organismo, de tal forma que lo único que podemos hacer es o bien prevenir el contagio o, una vez que se ha producido, tratar de prevenir sus consecuencias malignas. Los cribados y las vacunas son muy importantes".
Estrategia en cribados de cáncer de útero
La estrategia en el Sistema Nacional de Salud estipula que para 2024 todos los programas de cribado en cáncer de cérvix tienen que estar implantados e iniciados en todas las comunidades autónomas.
En esta línea, el Dr. Quílez señala que "ese plazo expira en 2024 y a finales de este año las comunidades que no tengan un sistema ya establecido o iniciado lo tienen que hacer".
"La prueba de cribado o detección precoz consiste en tomar y analizar una muestra de las células que recubren el cuello del útero".
Vacuna, también en niños
Hasta ahora la vacuna del virus del papiloma humano se ha inoculado en niñas, pero se extiende también a los niños.
En este contexto, el especialista afirma que "los hombres no estamos exentos del virus del papiloma humano. Hay muchos puntos que proteger con una vacunación como puede ser el cáncer de pene o de ano y por el beneficio que eso produce para las mujeres, por la inmunidad de rebaño. Cuantas menos personas estén expuestas y más rápido se elimine mejor".
Respecto a los beneficios de la vacuna del VPH, el Dr. Quílez destaca que se administra a los 11-12 años porque "es importante hacerlo antes del inicio de las relaciones sexuales, ya que es cuando se obtiene un beneficio máximo, pero también lo es en personas que ya han mantenido relaciones y pueden estar infectadas".