La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) es una preparación de partículas similares al virus en una suspensión líquida que, inyectada en el ser humano, genera inmunidad específica contra los serotipos del VPH que tienen mayor importancia médica por ser los principales promotores del cáncer de cuello uterino y de la enfermedad condilomatosa genital (condilomas genitales).
No es una vacuna infecciosa, ya que las partículas no son virus vivos, y no es curativa, pues no tiene efectos sobre el virus ya presente en el organismo.
La infección por VPH está asociada a un porcentaje muy alto de cáncer de cuello uterino, vagina, vulva, y en el hombre con el cáncer de pene, escroto y ano.
Con la aparición de la vacuna contra este virus comenzó a evaluarse cuál es el momento ideal para su aplicación y quiénes se verán más favorecidos con esta vacuna.
En diferentes asociaciones científicas se llegó a una consenso acerca de su utilización y se sugiere su aplicación en niños y niñas entre los 12 y 14 años y hasta los 26 años en los individuos que no hayan presentado infección previa con el VPH. No obstante, en España la recomendación oficial se ciñe esencialmente a las adolescentes de 14 años.
La vacuna Merck & Co (Gardasil(R)) se considera polivalente, ya que protege contra serotipos oncogénicos 16-18 y condilomatosos 6-11. La vacuna de Glaxo (Cervarix(R)) tiene un espectro menos amplio en lo referente a la patología benigna pero ampliado contra serotipos oncogénicos, ya que cubre los serotipos 16-18-31-45.
Se trata de un descubrimiento histórico que marcará un cambio drástico en la evolución natural de la infección por VPH y la incidencia de cáncer de cuello uterino: tres dosis de la vacuna eliminará miles/millones de casos de cáncer de cuello uterino en los países del tercer mundo.
Por otra parte, la administración de esta vacuna a la población implica una serie de inconvenientes como:
- Que las pacientes vacunadas dejen de asistir a sus controles ginecológicos anuales y crean que la citología cervicovaginal es innecesaria.
- Que las mujeres relajen su conducta sexual ante las medidas de protección contra otras enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el contagio con otros serotipos de VPH.
- Que ninguna vacuna cubre el amplio espectro de serotipos virales existentes y los usuarios pueden ignorarlo.