Coincidiendo con la celebración de San Valentín, la Fundación Española del Corazón (FEC) quiere recordar la importancia que tiene mantener una buena salud emocional, ya que diversos estudios han demostrado que el amor influye directamente en la salud del corazón reduciendo los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y contribuyendo a alargar, de esta manera, la esperanza de vida.
Los vínculos afectivos con la pareja, amigos y familiares mejoran la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión, conocidos como factores psicológicos del riesgo. El amor es positivo para la salud y podría estar relacionado con el hecho de que, durante la fase del enamoramiento, el cerebro segrega hormonas como la oxitocina, la dopamina o la adrenalina que protegen el sistema cardiovascular.
Según afirma el Dr. Miguel Ángel García Fernández, vicesecretario de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), "existe una clara relación entre nuestro estado de ánimo y la salud de nuestro corazón. Así, para prevenir enfermedades cardiovasculares, además de controlar la tensión, los niveles de colesterol, realizar ejercicio y seguir una dieta saludable, hemos de favorecer la presencia de sentimientos positivos reforzando nuestros lazos afectivos con nuestro entorno".
El entorno afectivo también ayuda a mejorar la respuesta ante tratamientos de enfermedades como el cáncer, la diabetes o las cardiopatías. Un estudio llevado a cabo por la World Heart Federation demostró que las personas con unos fuertes lazos afectivos mejoraban entre dos y cuatro veces su capacidad para reponerse de la enfermedad de la que estaban siendo tratados.
Por el contrario, sufrir en las relaciones amorosas puede hacer aumentar el riesgo cardiovascular. Así, un estudio realizado por el Instituto Karolinska de Estocolmo demostró que las mujeres con matrimonios estresantes tienen tres veces más riesgo de sufrir infartos que las mujeres felizmente casadas.