La prevención es la clave para reducir el aumento de los casos de melanoma. Gracias a los avances registrados en las técnicas y herramientas de diagnóstico genético, hoy en día es posible detectar precozmente la susceptibilidad heredada a padecer esta patología.
Las técnicas de diagnóstico genético facilitan la detección precoz de la patología
Según afirman los expertos, el genotipo (información genética que posee un organismo en concreto), el fenotipo (la expresión del genotipo en función de un determinado ambiente) y la exposición solar son los factores que determinan que una persona pueda sufrir un melanoma o cáncer de piel. Por ejemplo, una persona con un fenotipo tipo 1 o 2 (pelo rubio o pelirrojo, piel blanca y pecosa, ojos claros) tiene mayor riesgo de padecer cáncer de piel.
Según explica el Dr. José María Ricart, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Quirón de Valencia, "el análisis de estos factores, junto con la evaluación genética de los principales genes implicados en el desarrollo de melanoma, puede ayudar a predecir la susceptibilidad de una persona a sufrir un melanoma".
El Dr. Ricart afirma que este tipo de pruebas "son capaces de encontrar alteraciones genéticas que determinan una mayor predisposición a padecer melanoma". A partir de los resultados de estas pruebas, se pueden iniciar estrategias para prevenir el desarrollo de la enfermedad en las personas con una mayor predisposición genética.
Las personas con mayor predisposición genética "serán sometidas a revisiones clínicas con mayor frecuencia, concienciándoles de la importancia de modificar sus hábitos de vida y enseñándoles a realizar autoexploraciones de los lunares (lesiones névicas) con el fin de extirpar y tratar cualquier lesión sospechosa en estadios más precoces", detalla el experto.