Los problemas de comportamiento y conductas desafiantes se calcula que afectan a entre el 10 % y el 20 % de los niños españoles en edad escolar. Una situación que conlleva dificultades específicas de aprendizaje como dislexia, desórdenes en el desarrollo del lenguaje, y dispraxia. Los trastornos del comportamiento surgen de una multitud de factores que pueden causar estrés, irritabilidad/agresividad, insomnio y otros problemas que afectan negativamente al rendimiento escolar o dificultan el desarrollo del niño.
El Estudio Época, impulsado por Laboratorios Ordesa, ha reflejado que la suplementación con ácidos grasos Omega-3 es el tratamiento no farmacológico con mayores efectos sobre la salud mental y la calidad de vida de los niños con trastornos de conducta. Los resultados finales de la investigación, en la cual participaron 942 niños de entre 6 y 12 años, han sido publicados recientemente en el Journal of Dietary Supplements.
Los pediatras cuentan con una serie de medidas no farmacológicas para ayudar a los padres a abordar los trastornos de conducta de sus hijos que abarcan tanto tratamientos psicosociales como recomendaciones nutricionales. Estas últimas se sustentan en una serie de estudios que han relacionado los problemas de comportamiento con deficiencias o necesidades aumentadas de ciertos nutrientes, destacando la relevancia de la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados Omega-3.
Para analizar el efecto que pueden tener estas medidas no farmacológicas, el Estudio Época analizó, durante tres meses a niños que, sin llegar a cumplir los criterios para ser diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), presentaban problemas de comportamiento. La combinación de cambios en sus hábitos y la suplementación dietética con Omega-3 fue la recomendación de los pediatras que obtuvo los mejores resultados en la reducción de los síntomas asociados a los problemas de conducta, llegando a una situación considerada como de normalización del comportamiento en un 42% de los casos. La suplementación como única intervención fue la segunda medida más efectiva con un 37% de éxito.
Puntualmente, para comprobar el impacto de los Omega-3, la investigación comparó la evolución de un grupo de niños a los que se les indicó suplementación con este tipo de ácidos grasos (OmegaKids líquido), y otro grupo que no recibió este complemento. Aquellos niños que tomaron OmegaKids durante tres meses alcanzaron mejores resultados en los tests de salud mental en parámetros tales como hiperactividad o falta de atención e incrementaron sus horas de descanso nocturno.
El estudio también concluyó que, en términos generales, la mayoría de los pacientes que se adhirieron a cualquiera de las recomendaciones no farmacológicas mejoraron su calidad de vida y redujeron problemas de salud mental especialmente relacionados con la hiperactividad, inatención y problemas de conducta.
Además, la investigación mostró que, en comparación con la población general, los trastornos de conducta tienen un impacto significativo en la salud mental de los niños, afectando su calidad de vida, incluso, cuando estos trastornos no alcanzan niveles considerados patológicos en los que haya un diagnóstico de TDAH o de otras enfermedades.
OmegaKids, un complemento alimenticio que ayuda a mejorar los trastornos de conducta
OmegaKids es un complemento alimenticio 100% natural que contiene ácidos grasos Omega-3 (EPAy DHA) de origen marino y ácidos grasos Omega-6 (GLA) de origen vegetal con un alto contenido en vitaminas D y E.
La equilibrada combinación de OmegaKids ayuda a cubrir los requerimientos nutricionales en el caso de niños con TDAH o con algunos de sus síntomas como son impulsividad, hiperactividad, falta de atención y problemas de aprendizaje.
OmegaKids se presenta en formato líquido de 100 ml y en deliciosas gominolas con sabor a naranja. En la elaboración de OmegaKids se llevan a cabo estrictos controles de cada lote de producción para asegurar la calidad y seguridad del producto y por su composición y ausencia de posibles efectos adversos no presenta incompatibilidades con los tratamientos farmacológicos habituales para tratar el TDAH.