Estudio de la pisada en los deportistas y sus riesgos

Los estudios de pisada no deben ser realizados por centros comerciales o marcas deportivas

El riesgo de sufrir lesiones deportivas es del 50%
El 91% de los triatletas cree que un estudio de la pisada es muy recomendable antes de la práctica deportiva
El 65% de las lesiones músculo-esqueléticas de los triatletas tienen lugar durante la carrera
El 34% de los atletas consultan al podólogos por lesiones en los pies
El 30,2% de los atletas del último maratón de Madrid que se habían hecho un estudio de la pisada se lo hicieron en la tienda de deportes
El 90% de las fascitis plantares se resuelven mediante tratamientos conservadores

El auge que ha experimentado la actividad deportiva revierte positivamente en la salud general del individuo. Pero no está exenta de riesgos derivados de la misma: un entrenamiento inadecuado, errores en la técnica, o el uso de un calzado deportivo poco idóneo en relación a las características biomecánicas del sujeto, así como a la presencia de alteraciones estructurales del miembro inferior y pies. Esto puede suponer la aparición de un mayor número de lesiones, o agravar patologías existentes. El riesgo de sufrir lesiones deportivas es de aproximadamente el 50% y, aunque un porcentaje elevado son lesiones menores, cuando se hacen recurrentes pueden desembocar en lesiones crónicas graves.

Los deportistas son cada vez más conscientes de la importancia de un estudio biomecánico previo a la actividad, tanto con fines preventivos como para mejorar su rendimiento; y los centros comerciales y marcas deportivas son conocedoras de ello. Se ofrecen de forma engañosa "estudios de la pisada", para recomendar uno u otro calzado, o incluso plantillas pre-fabricadas con usos y virtudes concretas, según el fabricante. Los datos son realmente preocupantes; un estudio de campo realizado en el último maratón de Madrid, revela que de los atletas que se hicieron un estudio de la pisada, el 30,2% se la realizó en la propia tienda deportiva. Según los encuestados, el 35,6% decía presentar pies pronadores, el 6,9 supinadores, y únicamente el 11,4% usaba plantillas.

Otro trabajo de campo reciente, realizado sobre más de 80 triatletas en una prueba deportiva, muestra que el 91% de los triatletas pensaban que un "estudio del pie y de la pisada" era muy recomendable previo a la práctica deportiva; bien por motivos preventivos y/o de rendimiento. Además, alrededor del 62% de los participantes había sufrido alguna lesión deportiva en las extremidades inferiores, el 16% en el pie. Más del 60% de los participantes habían sufrido lesiones menores o dolor en los pies durante la realización de dicha prueba.

Estos datos se recogen en el informe sobre Estudios de la pisada en el deportista y sus riesgos encargado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos (CGCOP)a la Sociedad Española de Biomecánica y Ortopodología (SEBIOR) y a la Sociedad Española de Podología Deportiva (SEPOD).

El informe concluye que "recomendar una plantilla concreta pre-moldeada o estándar, o un tipo de calzado corrector en base a un estudio de la pisada o a otro tipo de análisis, sin el informe del podólogo o del médico, puede constituir un ejercicio de diagnóstico y prescripción enmascarado; en cuyo caso, supone un acto de intrusismo, o al menos de inclusión en competencias profesionales propias y exclusivas del médico y del podólogo. Y lo que es mas grave, podría acarrear consecuencias en la salud podológica del sujeto y en su rendimiento deportivo".

En las conclusiones se señala también que las plataformas de análisis de las presiones plantares, estudio de la huella, estática y dinámica, o estudio de la pisada (como se conocen actualmente), son un equipamiento complementario para llegar a un diagnóstico biomecánico del sujeto; por tanto de valoración por personal facultativo capacitado.

Asimismo, aclara que los estudios dinámicos o de la pisada, aportan únicamente parámetros que vienen a corroborar y completar un análisis y exploración podológica-biomecánica, previa y necesaria para llegar a un diagnóstico certero. Tanto estas pruebas como cualquier equipamiento técnico complementario, requiere de unos conocimientos adquiridos en base a una formación específica, y acorde con las competencias legales que se otorgan a cada profesión, según el caso. En este sentido, "únicamente el podólogo y el médico son los facultativos con capacidad de prescripción y por tanto con capacidad diagnóstica".

El encargo del estudio surge de la preocupación sobre el uso e interpretación de plataformas para estudio de la pisada por diversas marcas deportivas, centros comerciales, zapaterías especializadas y ortopedias, y la prescripción de plantillas estándar o pre-moldeadas y calzado de uso deportivo.

El informe ha sido elaborado por una comisión conjunta creada por miembros de SEBIOR y SEPOD, y abarca diferentes puntos claves sobre las lesiones deportivas y la eficacia de los soportes plantares personalizados, el calzado deportivo y su recomendación según "pie pronador, supinador, o neutro", y estudios de la pisada: características del análisis y competencias. Este informe razonado, se basa en datos publicados en revistas científicas y trabajos de campo, y se sustenta, además, en aspectos legales sobre las competencias y capacidades de la Podología en España.

Deportes "de riesgo" para los pies

  • El 34% de los atletas consultan al podólogo por lesiones en sus pies.
  • El 65% de las lesiones músculo-esqueléticas de los triatletas tienen lugar durante la carrera.

En relación a la extremidad inferior, deportes de impacto o con gestos técnicos rápidos y bruscos, generan mayor potencial de problemas ósteo-articulares y de partes blandas, especialmente en la rodilla y en el pie. Entre estos, destacan deportes actualmente en auge, como el pádel, la carrera, en sus distintas modalidades de trail, maratón, o medias distancias, y otros deportes que combinan varias disciplinas en una misma prueba, como el triatlón.

En una publicación reciente sobre las lesiones del corredor, se destaca que el 34% de los atletas consultan al podólogo por lesiones en sus pies, un 22% por lesión en la rodilla y un 4% por lesión en la cadera.

Estudios sobre el triatlón, publicados en revistas científicas de prestigio, corroboran que las lesiones más frecuentes son de tipo músculo-esquelético, y tienen lugar en el pie, tobillo, muslo y rodilla, con un predominio importante de lesiones durante la carrera (alrededor del 65%), lo que hace pensar en la indudable influencia de la zapatilla deportiva como elemento preventivo o factor predisponente de las lesiones.

Sobre el calzado deportivo

  • Una recomendación incorrecta de calzado deportivo puede contribuir a la aparición de lesiones o a su empeoramiento.
  • Una prescripción en función de si el pie es pronador, supinador o neutro es "excesivamente simplista y potencialmente perjudicial".

El calzado deportivo constituye un elemento corrector o compensador de determinadas alteraciones biomecánicas del pie. Y modifica, en caso de que contenga determinados elementos de contención o corrección, las características biomecánicas del mismo, y por tanto, la pisada o apoyos del sujeto. Esto implica que, prescrito o recomendado de forma incorrecta, es decir, si no se ajusta a un diagnóstico biomecánico certero, puede contribuir a la aparición de lesiones o al empeoramiento de las alteraciones ya existentes. Por otro lado, el calzado deportivo por sí solo, sin la asociación de un soporte plantar, puede ser poco eficaz o incluso perjudicial para el deportista ante determinadas lesiones.

En un estudio en el que a una muestra significativa se les asignó un calzado con diferentes características de amortiguación y estabilidad (según la catalogación de pies plano, cavos y de altura de arco normal), se comprobó que el calzado tuvo muy poca influencia sobre la prevención de lesiones. Otro estudio aleatorio publicado en la British Journal of Sports Medicine, advierte que la prescripción de calzado deportivo en base al análisis del pie entre "supinador, pronador, o neutro", es excesivamente simplista y potencialmente perjudicial para una adecuada salud del sujeto.

La función del pie y la eficacia del sistema músculo-esquelético del miembro inferior son excesivamente complejas para seleccionar el tipo de calzado en base a la catalogación del pie entre "pronador, supinador o neutro". Un diagnóstico biomecánico certero incluye pruebas exploratorias del miembro inferior y del pie, entre ellas: rangos de estabilidad articular, patrones torsionales, determinación de disimetrías, estudio de las cadenas musculares, estudios posturológicos, análisis de las presiones plantares y estudios de la marcha y del gesto técnico deportivo.

Sobre las plantillas

  • El 90% de las fascitis plantares se resuelven mediante tratamientos conservadores.
  • Las plantillas a medida son más eficaces que las estándar en la fascitis y en otras patologías.

En aquellos deportistas que presentan alteraciones biomecánicas en los pies (pronación, pies planos…), se hace imprescindible compensar la situación patológica mediante soportes plantares. Siempre, en base a un completo y exhaustivo estudio biomecánico y de presiones plantares, estático y dinámico; a este último (estudio dinámico), se le conoce hoy en día como estudio de la pisada.

Esta exploración completa llevará a un diagnóstico podológico certero de la tipología funcional del pie que presente el deportista, y se puede determinar si tiene relación o no con la lesión en cuestión que sufre; imprescindible para la prescripción adecuada de los soportes plantares que requiere el sujeto y del tipo de zapatilla deportiva que debe utilizar.

Aunque la efectividad de las plantillas en el tratamiento de este síndrome es un tema discutido, y que ha obtenido diferente resultados según los estudios, sí existe una opinión compartida de la efectividad de los soportes plantares realizados a medida, es decir, adaptados directamente al pie o a moldes positivos del mismo; y prescritos por el facultativo competente (médico o podólogo). Así lo corroboran diversas publicaciones científicas.

En cuanto a la fascitis plantar, el 90% de las fascitis se resuelven con tratamientos conservadores (físicos y ortopodológicos fundamentalmente), aunque su tratamiento es diverso y en ocasiones hay que recurrir a la cirugía. Diferentes estudios aleatorizados han demostrado la eficacia de los soportes plantares personalizados en la fascitis plantar. Se ha demostrado la efectividad del soporte plantar realizado a medida frente a terapia antiinflamatoria oral, frente y frente a plantillas estándar. La evidencia científica es clara y contundente: el soporte plantar personalizado, bajo molde del pie, o adaptado directamente al mismo, previo estudio biomecánico-podológico, es más eficaz que plantillas pre-moldeadas o estándar en el tratamiento de la fascitis plantar.

La efectividad de los soportes plantares realizados a medida, también se ha comprobado en otras lesiones y patologías a distancia, que se producen tanto en la población deportista como en la general, con una elevada prevalencia. Está comprobada la efectividad de las plantillas hechas a medida en el alivio del dolor lumbar o en niños con marchas rotadoras internas.

Sobre los estudios de la pisada

Los diferentes sistemas de análisis de la pisada constituyen una aparatología complementaria en el estudio de las características biomecánicas del individuo. A través de sensores que recogen datos como las presiones plantares, desplazamiento del centro de gravedad, puntos de máxima carga, etc., se puede describir la secuencia dinámica de un sujeto, el desarrollo de la carrera, o el gesto de su actividad deportiva. Este procedimiento se realiza con el fin de diagnosticar posibles alteraciones patomecánicas del miembro inferior y pies que puedan estar relacionadas con alguna dolencia, lesión o patología concreta; y, en la mayor parte de los casos, para prescribir un tratamiento ortopodológico adecuado, soporte plantar, calzado o cualquier otro tipo de ortesis de aplicación en el pie.

Causas de las lesiones deportivas

En la mayor parte de las lesiones de miembro inferior y pies relacionadas con el deporte, además del gesto técnico y el calzado como elementos predisponentes, existe un componente patomecánico del pie relacionado. De estas alteraciones biomecánicas, destaca una pronación excesiva o patológica de la articulación subastragalina; asociada con pies pronadores, planos, cavos, valgos y otras patologías. Entre estas lesiones, se describen como frecuentes la fascitis plantar, el síndrome de la cintilla iliotibial, la tendinitis aquílea o el síndrome patelo femoral.

Sobre el síndrome patelo femoral, además de con un exceso de pronación subtalar, se relaciona con otras alteraciones biomecánicas: un antepié varo, la presencia de un primer radio insuficiente o una marcha rotadora interna.

Los tratamientos conservadores, en la mayoría de los casos, consiguen paliar o resolver la lesión sin necesidad de tratamiento quirúrgico.

Las talalgias suponen otra de las patologías de mayor incidencia entre los deportista. Del mismo modo que en el dolor patelo femoral, se relacionan con problemas biomecánicos del miembro inferior y pies: desequilibrios posturales, alteraciones en el plano frontal, pies cavos, planos, valgos, e hiper-pronadores, asociados con frecuencia a acortamientos de la musculatura posterior del muslo y la pierna, a un deterioro de la grasa plantar, y a disciplinas deportivas en las que se generan importantes picos de impacto en el apoyo de retropié. Destacan entre los deportistas, por su prevalencia, las bursitis, aquileítis, espolones, y en mayor medida, la fascitis plantar.

Sobre las competencias profesionales de la Podología

  • Sólo el podólogo y el médico tienen capacidad legal de prescribir tratamientos ortopédicos.
  • Las plataformas para el estudio deben considerarse equipamiento sanitario y tendrían que ser usadas por personal facultado.
  • Un diagnóstico del pie "simplista" y "erróneo" puede acarrear "consecuencias graves en la salud del deportista".

La Podología es una profesión sanitaria regulada por el Real Decreto 1665/1991 y por la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, en la que se hace la siguiente referencia a la profesión: "los Diplomados universitarios en Podología realizan las actividades dirigidas al diagnóstico y tratamiento de las afecciones y deformidades de los pies, mediante las técnicas terapéuticas propias de su disciplina".

Sobre la prescripción de tratamiento ortopodólogico, el Real Decreto 542/1995 que regula los estudios de Técnico Superior de Formación Profesional en Ortoprotésica. En su artículo 1.3 concreta que la capacidad profesional de este técnico será la de "diseñar ortesis, prótesis y ortoprótesis adaptadas a las características de los clientes y a la prescripción médica y podológica de la ortoprótesis".

La fase final del estudio biomecánico, la del análisis de la marcha o estudio de la pisada, requiere de los conocimientos adquiridos en base a una formación específica y acorde con las competencias legales otorgadas. Según estas, únicamente el podólogo y el médico son los facultativos con capacidad de prescripción de ortesis u ortoprótesis, y por tanto, con capacidad diagnóstica.

Lejos de la interpretación que pueda realizar un técnico en una zapatería, en una ortopedia, o un vendedor en un centro comercial deportivo con una plataforma de análisis de la pisada, el podólogo conoce las características del aparato locomotor y la biomecánica del mismo, así como las patologías que sufre de forma directa por un mal apoyo plantar y las derivadas a otras partes del cuerpo, tobillo, rodilla, cadera y columna vertebral.

No se debe banalizar sobre los dispositivos. Las plataformas para el estudio de la pisada, estudio de las presiones plantares, estudio de la huella, o cualquier otro nombre que se le atribuya, constituyen un equipamiento sanitario, y como tal, debe ser usado e interpretado por personal facultado para ello. Cuando personal no capacitado para ello clasifica a un pie de "pronador, supinador o neutro", se está realizando un diagnóstico del pie, simplista y en muchas ocasiones erróneo, basado en escasa evidencia científica y que podría acarrear consecuencias graves en la salud del deportista; en el momento en que, sin el informe del podólogo o del médico, se aconseje el uso de una determinada plantilla prefabricada, calzado corrector u otro tipo de calzado que contenga elementos que puedan influir en la biomecánica del individuo.

Son múltiples los diagnósticos asociados con una hiperpronación o pronación patológica del pie: un antepié varo, un primer radio insuficiente, hiperpronación primaria subtalar, retropié valgo, pie plano valgo, entre otras. Igualmente ocurre con un pie con un exceso de supinación. Esa alteración biomecánica puede estar asociada a un pie cavo, equino, a un retropié varo, como mecanismo compensador de un antepié valgo, o como mecanismo acomodativo en una disimetría de miembro inferior.

Por otro lado, un pie neutro, "o de pisada neutra", rara vez coincide con un pie funcional en su totalidad, y no supone garantía de que, ese pie u otro segmento de la extremidad inferior, no presente alguna alteración biomecánica que precise de la ayuda de un soporte plantar o de un determinado calzado deportivo, o de uso cotidiano.

Existen muchas alteraciones biomecánicas que producen patologías asociadas a determinadas actividades deportivas, o a lesiones, que no se aprecian con un simple estudio de la pisada: pequeñas pronaciones de la articualciónsubastragalina en fases tardías, situaciones de inestabilidad del antepié en el despegue, o mecanismos de re-supinación. Son situaciones patológicas que requieren, para su diagnóstico, una exploración biomecánica-podológica completa y exhaustiva.

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