Los fotoprotectores orales solares son un complemento alimenticio que incorporan moléculas con efecto antioxidante y reparador, de modo que bloquean los efectos dañinos de la radiación ultravioleta, tanto A, como B, visible e infrarrojo. De este modo, contribuyen a proteger las células del daño oxidativo del sol.
Como explica la Dra. Mayte Truchuelo, dermatóloga de Vithas Internacional y del Hospital Vithas Nuestra Señora de América de Madrid, "el objetivo de la fotoprotección oral es protegernos desde el interior, pero es importante recalcar que no es un sustituto de la protección tópica, la crema solar, sino un complemento de la misma. Si bien en un principio se recomendaba solo a pacientes con fotosensibilidad o alergias solares, actualmente su uso se ha extendido y está indicada para cualquier persona".
Los beneficios de las cápsulas de protección solar han sido avalados por diversos estudios. Como explica la especialista de Vithas, "utilizadas de forma exclusiva has demostrado una disminución de la inflamación y el daño molecular de la piel, simplemente por el hecho de tomarlas, sin aplicar otra medida". Así lo demuestra una investigación realizada en el Hospital Henry Ford de Detroit por el Dr. Henry Lim.
Es importante tener presente que el sol puede producir arrugas, quemaduras, manchas y, lo que es más grave, cáncer de piel, por ello, conseguir una protección extra es fundamental.
¿Cómo se han de tomar los fotoprotectores orales?
Lo ideal de cara a conseguir ese extra de protección es comenzar a tomar el fotoprotector oral unas 3 semanas antes de la exposición y prolongarlo durante todos los meses de verano. Incluso en países como España, donde las horas de sol exceden a esta época, se podría mantener durante todo el año.
Como indica la especialista de Vithas, "el protector solar se ha de tomar por las mañanas, unos 20 minutos antes de salir de casa, y si la exposición va a ser muy mantenida en el tiempo se puede tomar un segundo comprimido a mediodía. No se trata de un medicamento, de modo que se toleran bien y apenas existen contraindicaciones".
Pero los expertos insisten en no olvidar la protección tópica: "Lo ideal en los meses de verano es utilizar un factor 50, que nos proteja, tanto del envejecimiento cutáneo como del cáncer de piel". Además, como señala la Dra. Truchuelo, "hoy en día muchas cremas solares, además de protegernos y neutralizar ese daño solar, incluyen filtros biológicos, cuyas enzimas nos ayudan a repararlo, algo fundamental frente al cáncer de piel".
Todas estas medidas se pueden complementar también con los llamados filtros físicos: gafas de sol, sombreros, gorras o ropa de protección ultravioleta.