Psicólogos clínicos del Departamento de Salud del Hospital Universitario de La Ribera (Alzira, Valencia) alertan de que los niños también pueden acusar el regreso a la rutina diaria tras las vacaciones. En este sentido, los especialistas estiman que tres de cada 10 niños presentan sentimientos de ansiedad, apatía e irritabilidad en estas fechas de vuelta al colegio.
Las estadísticas muestran que un 4% de los niños y adolescentes presentan problemas psicosomáticos como dolores abdominales, náuseas, vómitos o cefaleas en su etapa posvacacional. A su vez, según los psicólogos clínicos del centro hospitalario, es frecuente que durante los primeros días de colegio muchos de los pequeños se muestren reticentes a la hora de hacer los deberes o de levantarse por la mañana, o incluso se nieguen a acudir a clase.
Si bien se trata de un malestar pasajero que afecta a los niños en los primeros días de clase y que no se traduce en ningún problema de salud, Marta Simó y Ángela Ferrero, psicólogas clínicas de la Unidad de Salud Mental Infantil y Adolescente del Departamento de Salud del Hospital de La Ribera, aseguran que "la prevención es la mejor pauta para evitar en los niños estos sentimientos o paliarlos en la medida de lo posible".
En cuanto a las medidas de prevención, las psicólogas recomiendan que "en los días previos al final de las vacaciones, es importante que los niños vayan adaptando su horario con el fin de habituarse paulatinamente al que tendrán durante el curso escolar". En este sentido, "puede ser útil levantar a los niños en los días anteriores al primer día de colegio cada día un poco más temprano, de manera que el primer día no experimenten un cambio brusco", afirman las expertas.
Otra de las medidas que pueden adoptar los padres es la de "inculcar a los niños entusiasmo por el inicio de la nueva etapa. Los pequeños suelen imitar el estado de ánimo de los adultos, por lo que es importante evitar, por parte de los padres, los comentarios negativos sobre el fin de las vacaciones o la vuelta al trabajo". Por el contrario, los padres deben transmitir a sus hijos emoción por el reencuentro con los compañeros del colegio y entusiasmo por este cambio de rutina, haciéndoles ver que la vuelta al colegio es un aliciente y no un trauma o un motivo de angustia.
Para ello, es conveniente que los padres ayuden a los niños a asociar mentalmente el colegio con escenas agradables como jugar, reír o aprender. A su vez, es aconsejable favorecer la relación con otros niños invitando a algún amigo a casa o acudiendo al parque habitual después del colegio puede ayudar también a una mejor adaptación