Según los datos de una encuesta internacional realizada por la farmacéutica Merck Serono, casi las tres cuartas partes de los pacientes de cáncer estarían dispuestos a retrasar el tratamiento dos semanas o más para beneficiarse de la terapia personalizada basada en biomarcadores. Los datos de esta encuesta han sido presentados en el marco del Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica de 2012 (ESMO, por sus siglas en inglés).
El estudio ha revelado que, mientras la mayoría de los pacientes encuestados querrían participar en las decisiones acerca de su tratamiento, casi la tercera parte (un 32%) de ellos desconocían que algunos cánceres disponen de pruebas capaces de determinar qué tratamiento es el más adecuado en su caso.
En el caso de los pacientes con cáncer colorrectal metastásico, la encuesta ha revelado que casi la mitad de ellos siguen sin saber que hay una prueba que puede determinar si una terapia dirigida podría ser efectiva en su caso.
Según ha declarado Sabine Tejpar, profesora de la Unidad de Oncología Digestiva del Hospital Universitario de Gasthuisberg, en Lovaina (Bélgica), y autora principal del trabajo, diversas "pruebas con biomarcadores pueden ser beneficiosas en el manejo de los pacientes". Por ello, sería conveniente que "se realizaran lo más pronto posible".
De hecho, la encuesta revela que los pacientes con cáncer colorrectal metastásico tienen menos probabilidades de ser sometidos a una prueba con biomarcador y recibir una terapia dirigida en el momento del diagnóstico, que los pacientes con otros tipos de cáncer.
"Esa situación puede conducir a un tratamiento subóptimo y a pruebas adicionales innecesarias, incluida la repetición de una biopsia, antes de que se prescriba una terapia dirigida apropiada en primera línea a estos pacientes", ha añadido la experta.