Con el frío del invierno nuestra piel se encuentra expuesta a una climatología adversa que afecta de un modo especial a las zonas más sensibles, como son las mejillas, los labios o las manos. En estas últimas, y también en los pies, las orejas o la nariz, es donde algunas personas se ven afectadas por la perniosis, comúnmente conocida como sabañones.
˝El efecto del frío sobre la piel provoca un cierre de las pequeñas venas y arterias (vasoconstricción) que hace que disminuya el aporte sanguíneo y causa una inflamación. Esta inflamación dolorosa es lo que denominamos sabañones", explica la dermatóloga del Hospital La Milagrosa Cristina Alonso Nuñez.
Esta inflamación provoca un enrojecimiento de la piel acompañado de un picor que no se aconseja rascar, ya que puede llegar a generar una herida y una costra por necrosis de la piel más superficial. Otro de los síntomas más habituales es notar una sensación de ardor en la piel.
Cómo prevenirlos
La Dra. Núñez Alonso aconseja ir "muy bien abrigado" ya que hay que tener en cuenta que normalmente las zonas en las que salen son las más expuestas, por lo que los guantes, un buen calzado con un calcetín que abrigue, un gorro o incluso unas orejeras, y una bufanda, son casi imprescindibles para evitar su aparición.
También es aconsejable que cada vez que nos lavemos las manos (la parte del cuerpo no solo más expuesta si no la que necesita más higiene) apliquemos una buena capa de crema hidratante, ya que "tenemos la experiencia de que el simple aire nos provoca que la piel se agriete. Así que con este sencillo gesto, podemos prevenir el problema".
Cómo actuar una vez que ha aparecido
La hidratación vuelve a ser fundamental si las medidas preventivas no han surtido efecto, explica la dermatóloga del Hospital La Milagrosa. "Si el picor es muy fuerte, siempre es recomendable acudir al especialista, quien le prescribirá una pomada con corticoides de potencia media-baja y, si el picor y las molestias son muy fuertes, es necesario seguir una medicación vía oral con vasodilatadores", aconseja Nuñez Alonso.
Nunca se debe recurrir a la automedicación ni a remedios caseros, ya que en vez de solucionar el problema podemos agravarlo y provocar además una infección en la piel.