Los valores vinculados con la igualdad de género deben inculcarse antes de los 12 años

Los adolescentes son vulnerables a la perpetuación de estereotipos y a la formación de pensamientos discriminatorios

Los valores vinculados con la igualdad de género deben inculcarse en la infancia antes de los 12 años, ya que pasada esta edad es tarde para infundir principios igualitarios en los menores. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, los expertos han querido reflexionar sobre la educación en igualdad de género que reciben los jóvenes y dar recomendaciones para inculcar valores de equidad desde la infancia.

En la lucha por la igualdad de género resulta fundamental sensibilizar sobre la importancia de alcanzarla y tomar conciencia de que, actualmente, muchos aspectos de la sociedad continúan perpetuando estereotipos sexistas. Esto es especialmente relevante en el caso de los adolescentes, tanto chicos como chicas, ya que son vulnerables a la perpetuación de estereotipos y a la formación de pensamientos discriminatorios. "Lamentablemente, los modelos de conducta, los estereotipos y pensamientos sexistas no han cambiado y se siguen perpetuando entre las nuevas generaciones. La desigualdad de género no ha desaparecido sino que, además, presenta un valor añadido: la crueldad y el daño", explica María León Torre, pedagoga y experta en Educación y Orientación Sexual en GINSO.

Para inculcar valores igualitarios que erradiquen la desigualdad de género entre los más jóvenes, se pueden implementar medidas específicas como: 

  1. Enseñar a identificar micromachismos. Ayudar a reconocer actitudes, comportamientos y conductas que pueden parecer sutiles pero que perpetúan la discriminación de género. Por ejemplo, una broma sexista, una conducta condescendiente hacia una mujer o la asignación de tareas domésticas exclusivamente a las mujeres
  2. Ser críticos con el lenguaje y adoptar uno no sexista. Concienciar sobre la importancia del lenguaje en la construcción de estereotipos y roles de género, fomentando palabras inclusivas que no discriminen a las mujeres y que reflejen la diversidad e igualdad de género. En lugar de decir "los hombres y las mujeres", se puede utilizar "las personas" o "todos y todas"
  3. Utilizar materiales educativos elaborados tanto por mujeres como por hombres. Es importante que los jóvenes tengan acceso a una variedad de fuentes de información y conocimiento, incluyendo aquellas elaboradas por mujeres y que aborden la perspectiva de género. Algunos ejemplos de materiales educativos elaborados por mujeres son el libro "El segundo sexo", de Simone de Beauvoir o la película "Las sufragistas", dirigida por Sarah Gavron
  4. Promover relaciones igualitarias. Abordar una cultura de relaciones basadas en el respeto, la igualdad y la comunicación, en las que no exista la violencia, el control ni la discriminación por razón de género
  5. Fomentar la crítica hacia modelos desiguales. Enseñar a los jóvenes a analizar y cuestionar aquellos modelos que perpetúan la discriminación de género, fomentando el pensamiento crítico y el análisis de las estructuras y roles de género que todavía persisten en la sociedad. Por ejemplo, cuestionar por qué los hombres ocupan la mayoría de los cargos directivos y por qué las mujeres siguen estando sobrerrepresentadas en trabajos precarios o mal remunerados
  6. Empoderar a los jóvenes que creen en la igualdad. Dar voz a aquellas personas que consideran que la lucha por la igualdad es necesaria para vivir en una sociedad más justa e igualitaria, participando en acciones que reivindiquen los derechos de las mujeres, para generar conciencia y fomentar la participación activa en todos los niveles de la sociedad para eliminar las desventajas sociales y las vulnerabilidades a las que se enfrentan.
  7. Promover la participación de las chicas adolescentes. Es fundamental que las adolescentes tengan acceso a espacios de participación y liderazgo en los que puedan desarrollar sus habilidades y capacidades, y contribuir al cambio social en favor de la igualdad de género. Por ejemplo, promover su participación en actividades deportivas, políticas, culturales o sociales. 

En el ámbito de la escuela, es necesario involucrar a toda la comunidad educativa, incluyendo al profesorado, al equipo directivo y a las familias, "es imprescindible que todos los miembros de la sociedad educativa reciban formación e información sobre igualdad de género y que no se limite únicamente a los adolescentes, ya que la responsabilidad de la igualdad no recae solo en ellos, sino en toda la comunidad", comenta León.

Respecto al modelo de trabajo coeducativo en la familia, es importante que exista la igualdad entre la figura del padre y de la madre. Si se perpetúan las "tareas típicas" de hombres y mujeres y se permiten mensajes sexistas en el hogar, será difícil que los y las adolescentes aprendan la importancia de la igualdad. Cada familia puede establecer su propio modelo de trabajo coeducativo, pero es fundamental que la igualdad sea un valor presente en todas ellas.

La igualdad en las redes sociales

Las redes sociales pueden ser una herramienta útil, sin embargo en la actualidad no se están utilizando de manera adecuada. Aunque los modelos que se presentan en estas plataformas están distorsionados y no reflejan la realidad, la adolescencia las ha convertido en una fuente fiable de información, un espacio de imitación y un lugar donde "estar". Es importante que los adultos sean conscientes de que las redes sociales pueden influir en la adolescencia en muchos aspectos y que su supervisión es fundamental para recomendar contenido que promueva buenos valores entre los jóvenes. "Debemos conseguir que los jóvenes sean críticos con lo que ven, que sean conscientes de que a través de las redes se confunden los modelos masculinos y femeninos y se utilizan otras formas de expresión que nada tiene que ver con la realidad", añade la experta.

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