Los importantes avances de las técnicas de reproducción asistida han permitido que la idea de maternidad, tal y como se conocía tradicionalmente, haya experimentado importantes cambios. Gracias a los diferentes tratamientos, se ha ampliado el concepto de familia, y cada vez son más las mujeres solteras y parejas femeninas homosexuales las que acuden a ellos para cumplir su deseo de tener un bebé. En concreto, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), más de 1.500 mujeres al año en España deciden ser madres solteras gracias a un donante y a las técnicas de reproducción asistida.
Con el objetivo de solventar dudas y desmitificar conceptos establecidos en torno a las distintas posibilidades que tienen para abordar la maternidad, la clínica Ginefiv junto a la web de madres solteras ‘Masola', ha organizado el I Taller sobre Tratamientos de Reproducción Asistida dirigido a madres solteras y parejas de lesbianas.
La puesta en marcha de acciones de este tipo es muy importante porque cuando decides ser madre en solitario, o cuando tienes una pareja homosexual, se te plantean muchas dudas sobre las distintas opciones que existen y cómo puedes acceder a ellas", explica la fundadora de Masola, Rosa Maestro. Además, Maestro incide en la importancia de poner en contacto a personas de este colectivo "porque muchas veces se ven cohibidas a contar su caso o no se atreven a dar el paso, y conocer a personas que ya han tomado la iniciativa es positivo para ellas".
El primer tratamiento al que se recurre cuando la pareja de lesbianas o mujeres solteras acuden a la clínica es la inseminación artificial (IA) con ovulación natural. Para ello, se requiere semen de donante, a través de un banco de esperma, que será completamente anónimo.
En Ginefiv, los donantes de semen presentan una edad comprendida entre los 18 y los 35 años, proceden en su mayoría de ambientes universitarios y no presentan antecedentes personales o familiares de enfermedades hereditarias graves. "Nuestros donantes de semen se someten a estrictos controles sanitarios y psicológicos, no sólo para garantizar una calidad seminal excepcional sino también para garantizar su salud física y mental" explica la coordinadora de Ginecología de la clínica Ginefiv, la doctora Victoria Verdú. "Además -añade- presentan una gran disposición a ayudar a otras personas a cumplir su deseo de tener un bebé, en lo que quizás sea uno de los actos más generosos que existe".
Otro de los tratamientos es la fecundación in vitro (FIV) con estimulación ovárica, que consiste en la fecundación de los ovocitos de la futura madre o de una donante en el laboratorio para, posteriormente, transferir el embrión al útero y continuar el proceso de gestación. En el caso de que se recurra a donantes, la elección también es muy rigurosa, y deben cumplir unos requisitos mínimos. Como en el caso masculino, deben tener entre 18 a 35 años (aunque la clínica Ginefiv rebaja la edad máxima a 33 años), no tener enfermedades ginecológicas ni de transmisión sexual, ni antecedentes personales o familiares de enfermedades hereditarias graves, además de tener una buena calidad ovocitaria.
"Estos dos tratamientos de reproducción asistida son los mismos que utilizamos con parejas que presentan problemas de fertilidad, con la única diferencia de que el semen provendrá siempre de un donante", afirma la doctora Verdú.
Por otro lado, el tratamiento conocido como método ROPA (Recepción de Óvulos de la Pareja) o ‘maternidad compartida', es un técnica de reproducción asistida cada vez más demandado por las parejas de lesbianas. Consiste en la fecundación de los óvulos de una de las mujeres que forman parte de la pareja, que posteriormente se implantará en el útero de su cónyuge, haciendo por tanto que ambas participen de manera activa en la gestación del bebé. De esta manera, las dos madres juegan un papel muy importante y con vínculos directos en el embarazo.
La edad, un factor importante para conseguir la maternidad
Uno de los factores que más influyen a la hora de conseguir el deseado embarazo es la edad, tanto si se produce de manera natural como si es a través de alguna técnica de reproducción asistida. De esta manera, si por debajo de los 35 años las posibilidades de éxito se encuentran en torno al 20%, a partir de esa edad va disminuyendo de manera progresiva.
La actitud que presenta la paciente y los niveles de estrés también son otros elementos que afectan. Por este motivo, la doctora Verdú incide en que, en el caso de mujeres solteras o parejas homosexuales, "generalmente ese factor está superado ya que suelen venir con un pensamiento muy positivo y muy contentas, porque en su caso no llegan de intentos frustrados de quedarse embarazadas".
Pero también es importante conocer otros factores como pueden ser los genéticos o la reserva ovárica de la paciente, si es fumadora o si mantiene unos correctos hábitos de alimentación. "Por este motivo, es esencial realizar un buen análisis previo de cada caso y examinar el perfil de cada paciente", añade la doctora Verdú.