La prevalencia de la diabetes tipo 2 aumenta con la edad y se estima que, a nivel mundial, en las dos próximas décadas la epidemia de esta patología va a ser especialmente significativa en la población mayor de 65 años.
En España, según datos de un estudio, más de un tercio de los pacientes mayores de 75 años tienen diabetes, un 30,7% de los varones y un 33,4% de las Salud de la mujeres. Según este mismo estudio, la mitad de la población con diabetes tipo 2 tendría más de 65 años.
El paciente anciano con diabetes presenta, además, particularidades como la presencia de comorbilidades, una elevada heterogeneidad clínica, síntomas geriátricos (deterioro cognitivo, depresión o caídas) y un mayor riesgo de morbimortalidad entre otras, que condicionan el diagnóstico y abordaje de la patología.
Con el objetivo de facilitar a los profesionales sanitarios la toma de decisiones y mejorar la calidad de los cuidados de los pacientes ancianos con diabetes, las principales sociedades científicas involucradas en el manejo del paciente diabético anciano han elaborado un documento de consenso que establece criterios comunes y protocolos compartidos en el abordaje del paciente anciano con diabetes.
En palabras del Dr. Carlos Miranda, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) Castilla-La Mancha, los ancianos "son pacientes con otras enfermedades asociadas, con síndromes geriátricos como inmovilidad o demencia y presentan alto riesgo de hipoglucemias, lo que les hace más vulnerables".
Los ancianos con diabetes presentan mayor mortalidad, mayor morbilidad cardiovascular y mayor prevalencia de síndromes geriátricos que los ancianos de su misma edad sin diabetes. Además, las personas mayores con diabetes tienen una gran heterogeneidad clínica y funcional y, con frecuencia, sufren otras patologías crónicas.
Por ello, los expertos resaltan en este documento de consenso la importancia de realizar una valoración integral y un abordaje individualizado centrado principalmente en objetivos de calidad de vida. En palabras del Dr. Miranda, "el abordaje del paciente anciano con diabetes debe ser multifactorial, integral, atendiendo a todos los factores de riesgo asociados y a las limitaciones funcionales del anciano. Aquí es donde adquiere relevancia el conocimiento del paciente y su entorno, es decir, el de la medicina de familia".
La correcta alimentación y la inclusión de ejercicio físico en la rutina diaria son aspectos fundamentales en la atención a los pacientes con diabetes y, en especial, a los de edad avanzada. Los expertos recomiendan evitar que el paciente anciano con diabetes siga dietas muy hipocalóricas, que a menudo conllevan una ingesta proteica baja, pues incrementan el riesgo de desnutrición y de hipoglucemias. Por otro lado, el ejercicio físico beneficia a los pacientes de edad avanzada con diabetes tipo 2.