La vaginosis bacteriana constituye hasta el 50% de los diagnósticos de infección vaginal, por lo que es bastante común entre las mujeres. Sin embargo, es una de las infecciones menos conocidas, ya que más de la mitad de las mujeres que sufren esta enfermedad no presentan síntomas. Según el Dr. Federico Velasco, ginecólogo del Hospital Vithas San José de Vitoria, esta infección suele resolverse espontáneamente en la tercera parte de los casos, y en mayor proporción en mujeres embarazadas, "es por esto que la vaginosis bacteriana no es tan conocida como otras infecciones vaginales", afirma el especialista.
La vaginosis bacteriana es una alteración compleja de la composición de la flora vaginal, en la que se produce una sustitución del lactobacilo acidófilo, componente principal de dicha flora, por altas concentraciones de otras bacterias, en general anaerobias. A pesar de que no se conoce la causa de la alteración, hay estudios que asocian esta enfermedad con las relaciones y hábitos sexuales, el tabaquismo, algunos productos de higiene íntima y los métodos anticonceptivos empleados. El Dr. Velasco incide en que se consideran un factor de riesgo la relación sexual, así como practicarlo con un elevado número de parejas sexuales, tanto masculinas como femeninas.
Según el ginecólogo, la clínica de la vaginosis bacteriana consiste en la presencia de flujo blanco-grisáceo maloliente, acompañado en ocasiones de escozor genital y dolor tras la relación sexual. Por lo general no se asocia a picor, ni escozor, ni otros síntomas, ya que no hay inflamación de los tejidos.
Tratamiento
El tratamiento de elección consiste en la aplicación local de Metronidazol o Clindamicina, en forma de óvulos vaginales o crema. Este tratamiento resulta efectivo y con escasos efectos secundarios. No se recomienda el tratamiento a la pareja, salvo en casos en que la vaginosis se repita. "Este tratamiento se recomienda en toda paciente que presente síntomas de vaginosis bacteriana, así como en aquellas pacientes embarazadas o programadas para cirugía ginecológica, aunque sean asintomáticas", afirma el Dr. Velasco. Por otra parte, los antibióticos de amplio espectro pueden alterar el equilibrio habitual de la flora vaginal y favorecer la aparición de micosis vulvovaginal.
Sobre el mito de aplicarse yogurt en los genitales, el ginecólogo explica que, aunque los estudios médicos realizados no han sido concluyentes, no tiene por qué considerarse contraproducente. "El yogurt contiene una elevada población de lactobacilo acidófilo, que es el principal componente de la flora vaginal y podría restaurar el equilibrio habitual de dicha flora", añade.
La vaginosis bacteriana desaparece en un gran porcentaje tras el tratamiento antes referido. No obstante, dado que es proceso en el que influyen factores hormonales, inmunológicos, genéticos, raciales, sexuales, hábitos nocivos, higiene íntima no adecuada y otros, no es infrecuente que se repita en ocasiones.