Algunas vacunas en determinados grupos poblacionales son imprescindibles y, por lo tanto, deberían ser obligatorias. Así se ha expuesto en un foro de controversias celebrado hoy en el 39º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), subrayándose la ausencia de evidencias que pongan en duda la eficacia y seguridad de la que pasa por ser una de las medidas de salud pública más útiles y que más muertes ha evitado a lo largo de la historia.
Las vacunas es un tema que está permanentemente de actualidad, tanto por los avances que se suceden continuamente como por las polémicas ficticias que en ocasiones surgen en torno a ellas. "No deja de ser llamativo que una de las medidas de salud pública más eficaces sea periódicamente cuestionada y discutida desde los más variados argumentos", reconoce el Dr. José Francisco Díaz Ruiz, coordinador del Grupo de Trabajo de Bioética y Humanidades de SEMERGEN.
¿Vacunación obligatoria?
En España actualmente la vacunación es de carácter voluntario, depende de las decisiones personales y no se puede obligar a ella salvo en casos muy excepcionales recogidos en la legislación. "Tal vez haya que ir pensando en que esto no siempre pueda ser así", sentencia el Dr. Díaz Ruiz, que demanda abrir un debate amplio sobre la posible obligatoriedad de la vacunación, en qué casos sería necesaria, y obtener un consenso tanto de los profesionales como de las autoridades sanitarias y de la población, "partiendo del hecho de que es preferible siempre el convencimiento a la obligatoriedad".
En el marco de una mesa de debate se ha reflexionado sobre esta posibilidad de imponer la vacunación. En la sesión se han expuesto los argumentos que se manejan a favor y en contra de la vacunación y los supuestos efectos nocivos secundarios (sin argumentos científicos) que los respaldan "pero que cobran gran fuerza dada la trascendencia que se les concede desde algunos medios de comunicación y desde las redes sociales", asegura el Dr. Díaz Ruiz.
Si las coberturas vacunales son bajas, aumenta el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas que se creían casi erradicadas o al menos controladas. Dado el peligro que eso supone para la salud de la población, "hay que pensar en la posibilidad de exigir la obligatoriedad de determinadas vacunas y en casos concretos, por el bien de todos", señala el coordinador del Grupo de Trabajo de Bioética y Humanidades de SEMERGEN. En algunos países europeos ya se ha hecho así en el caso de la vacunación infantil, tomando medidas de obligatoriedad al compropbar el progresivo incremento de algunas infecciones.
Otro caso muy diferente es la vacunación en el adulto, especialmente en los profesionales sanitarios. "No se entiende desde fuera del sistema que profesionales que tratan a determinados pacientes de alto riesgo no se vacunen, por su propio beneficio (al protegerse de posibles enfermedades que puedan adquirir de sus pacientes) y por el beneficio de éstos, muy vulnerables y que pueden tener graves consecuencias por un contagio de uno de los sanitarios que los atienden", admite Díaz Ruiz, quien considera que la solución pasa por "información, convencimiento y adquirir conciencia de que es necesario que el profesional se proteja también a sí mismo".
Riesgos para la salud pública
Para el Dr. Díaz Ruiz, son dos los riesgos más importantes para la salud pública que se derivan de la decisión personal de no vacunar a un niño frente a enfermedades altamente contagiosas. Primero, sobre la salud de ese niño, a través de una decisión que no procede de él sino de sus padres. "Aquí no hay ejercicio del derecho de autonomía del paciente, pues la decisión la toma un tercero que se supone debe procurar siempre el mayor beneficio del menor, y en muchas ocasiones esto no es así", afirma el experto de SEMERGEN.
En segundo lugar, hay un riesgo sobre la salud de los demás. "Si las coberturas vacunales disminuyen, el efecto protector del grupo se reduce, al haber menos vacunados. Esto es un peligro para los demás niños que, aunque sí estén vacunados, pueden contagiarse y sufrir la enfermedad, aunque sea de forma más leve (salvo en casos de niños de mayor riesgo o inmunodeprimidos). No hay que olvidar que la protección de las vacunas no es segura al cien por cien siempre y en todos los casos, de ahí la importancia de esta inmunidad de grupo", apunta el Dr. Díaz Ruiz, quien recuerda que "en España las coberturas vacunales infantiles son muy altas y este problema aún no lo vemos, pero hay que evitar que se presente en un futuro, tal y como han hecho ya en algunos países europeos".
Actualmente, en España es muy bajo el porcentaje de padres que no quieren vacunar a sus hijos (por motivos culturales, religiosos, ideológicos,...); se sitúan en torno al 2-3%, aunque en determinados ámbitos puede ser algo mayor. En muchos casos esta conducta puede revertirse, con diálogo, convencimiento e información por parte del médico. "El problema es que estas negociaciones con los padres suponen un gran esfuerzo y precisan de mucho tiempo, un bien escaso en la gran mayoría de las consultas españolas; por ello, aquí es fundamental la labor de apoyo también de Enfermería", declara el Dr. Díaz Ruiz.
Soluciones desde AP
En este contexto, la labor del médico de Familia es fundamental, informando a los pacientes y a sus familiares y tratándoles de persuadir para que se vacunen o vacunen a sus hijos.
"En la consulta de Atención Primaria ya no se ven niños, que se supone vienen vacunados desde Pediatría, pero sí que se atienden adolescentes y jóvenes que precisan revacunaciones para completar su protección vacunal y hay que insistir en ello", señala el coordinador del Grupo de Trabajo de Bioética y Humanidades de SEMERGEN. También hay muchos médicos de Familia que pasan consultas de Pediatría en el actual sistema sanitario, y deben formarse en la vacunación infantil y adquirir conciencia de su necesidad.
Pero sobre, según el representante de SEMERGEN, "debemos insistir en la vacunación y revacunación del adulto, especialmente en los pacientes de riesgo a cualquier edad y en los pacientes de determinadas edades en protección específica". Por ejemplo, la vacunación antigripal es muy necesaria, y el médico de Primaria debe poner su esfuerzo en aumentar las coberturas, demasiado bajas en la actualidad. También se recalca la necesaria vacunación frente al neumococo, con la vacuna polisacárida existente y, sobre todo, con la conjugada, "que supone un gran avance y que ya ha sido introducida en el calendario del adulto en algunas comunidades autónomas. Y hay otras vacunas para los adultos que vienen pidiendo paso, como la del herpes zoster", informa el Dr. Díaz Ruiz.
Claves del éxito de la vacunación del adulto
Un taller específico que tiene lugar en este Congreso aborda las claves del éxito en la vacunación del adulto. Las coordinadoras de esta actividad, las doctoras Esther Redondo Margüello y Carmen Gómez González, tratarán de reforzar la confianza de los médicos de AP en la vacunación del adulto, principalmente entre el grupo de pacientes crónicos y con edades avanzadas; además, darán a conocer las novedades aparecidas en la vacunación del adulto (nuevos antígenos, indicaciones a los grupos de riesgo por patología de base y/ edad) y resolverán las cuestiones prácticas más habituales en la consulta sobre la vacunación del adulto.
Todo ello, señalan estas expertas, "para concienciar que las vacunas deben formar parte del manejo habitual de nuestros pacientes en la consulta, como un estilo de vida saludable, al igual que la práctica de ejercicio físico o una adecuada nutrición". A su juicio, "son una estrategia preventiva eficaz y eficiente"; es más, afirman que "mejorando las tasas de cobertura vacunal ayudaremos a la sostenibilidad del sistema sanitario".
La falta de información y de recomendación proactiva por parte del profesional sanitario es uno de los principales factores que limitan el empleo de las vacunas en el adulto. Ante ello, "es necesario identificar los perfiles de pacientes en riesgo de padecer enfermedad inmunoprevenible y conocer las vacunas indicadas en ellos, así como incentivar una conducta proactiva en la recomendación de la vacunación y fomentar una adecuada coordinación entre los diferentes profesionales y niveles asistenciales implicados (Enfermería, otras especialidades médicas, farmacia comunitaria...)", destacan estas expertas de SEMERGEN.