Entre el 10 y el 15% de las mujeres españolas en edad reproductiva padece endometriosis, una enfermedad ginecológica que produce irritación y dolor y que afecta a la sexualidad femenina e, indirectamente en la maternidad.
Hasta ahora, la endometriosis tenía un tratamiento fundamentalmente quirúrgico, pero nuevas investigaciones apuntan a la posibilidad de combatir esta enfermedad con tratamientos menos invasivos basados en la melatonina.
Además de ser más radicales, los tratamientos quirúrgicos sintomáticos no impiden la reaparición de la enfermedad en el futuro. Frente a ellos, el doctor Jan Tesarik ha publicado recientemente un trabajo en el que sugiere la posibilidad de un tratamiento causal y definitivo de la enfermedad.
Según el doctor, "el reconocimiento y diagnóstico correcto del grado de la endometriosis y de su impacto sobre la función sexual y reproductiva son elementos clave de atención personalizada de cada mujer en esta condición, importantes para paliar sus problemas sexuales y facilitar su futura maternidad."
En un articulo reciente publicado en la revista Minerva Medica, un grupo de expertos de varios países (Italia, Pakistan, Turquía, Brasil y España) analizan el impacto de la endometriosis sobre la sexualidad de las mujeres afectadas. Según la Organización Mundial de la Salud, la salud sexual se define como una integración de los elementos somáticos, afectivos, intelectuales y sociales que permitan la expresión de la personalidad, comunicación y amor.
De estos cuatro aspectos, el de la salud somática se hace primario en casos de enfermedades ginecológicas, en general, y la endometriosis en particular. El dolor debido a la enfermedad afecta a la espontaneidad de las relaciones sexuales que, a su vez, lleva o a la disimulación o, en caso contrario, al sentimiento de inferioridad y culpabilidad con respecto a la pareja. Todo esto afecta la libre expresión de la personalidad de la paciente, su comunicación con la pareja y sus encuentros amorosos.
"La anticipación del dolor durante el acto sexual causa efectos somáticos, tales como la falta del deseo sexual, excitabilidad sexual reducida (baja sensibilidad de órganos sexuales, falta de lubricación), dolor durante el coito y imposibilidad de alcanzar el orgasmo", añade el doctor.