No somos lo suficientemente conscientes del problema que tenemos actualmente con la contaminación, y es que nos afecta, y mucho, "hasta tal nivel que puede llegar a matar", avisa el Dr. Carlos Egea, neumólogo responsable de la Unidad del Sueño en el Hospital Vithas San José de Vitoria.
Hasta no hace demasiados años no se creía que la nube de contaminación que se formaba en las ciudades tuviera tanta influencia; hasta hace poco apenas se le daba importancia al calentamiento global, pero bien es cierto que ya se han alcanzado los conocimientos necesarios para saber que "la contaminación no es un problema que afectará dentro de 20 generaciones, sino que es un problema actual, y más peligroso de lo que sospechamos", afirma el especialista.
Además, hay una parte importante de la población que sufre patologías respiratorias como asma (7% de la población), o pacientes de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (que puede llegar incluso a un 10% de la población), que son especialmente sensibles a la contaminación. "Publicaciones recientes relacionan la contaminación ambiental de un día con alto nivel de polución, con el aumento de ingresos en urgencias por personas a las que les ha afectado este nivel más alto de lo normal", afirma el Dr. Egea, que apunta: "Esta circunstancia ambiental aumenta obviamente la probabilidad de sufrir un ataque de asma para un asmático, o para un enfermo de EPOC, lo cual puede generar un riesgo grave para su salud".
Asimismo, la contaminación no solo afecta al pulmón, sino a todos aquellos órganos del cuerpo por los que pasa el aire que respiramos: boca, garganta, tráquea, pulmón… Por eso, el deporte al aire libre también puede resultar perjudicial en lugares donde hay un alto nivel de contaminación. "La contaminación genera alteraciones por todos los órganos por los que pasa, por lo que, a mayor actividad física y aumento de respiración, mayor daño para nuestro cuerpo, órganos, y, sobre todo, pulmones", alerta el neumólogo vitoriano.
La contaminación también puede provocar el efecto invernadero, es decir, el aumento de temperatura, y "todo el mundo sabe que para dormir es necesario bajar la temperatura, lo que hace que podamos conciliar el sueño. Por lo tanto, a medida que la contaminación suba, el efecto invernadero aumentará, lo cual provocará un aumento de las temperaturas, que conllevará una difícil conciliación del sueño", un bucle que agravará nuestro estado de salud al no poder dormir ni descansar de manera adecuada, "y es que aún no somos del todo conscientes, pero la falta de sueño y de descanso, también aumenta el riesgo de muerte", subraya el Dr. Egea.
Por eso, el Dr. Egea hace hincapié en la importancia de que las empresas y los responsables de las instituciones, de la más grande a la más pequeña, "se conciencien de que, o cambiamos este mundo, o el mundo nos cambiará a nosotros. Es decir, el mundo pondrá en aprieto a las personas que tengan ya patologías asociadas por naturaleza, y a los que no, nos afectará de manera grave, y es que afecta incluso más allá: embarazos, fetos… Este dato es importante ya que afecta al desarrollo pulmonar de los bebés a lo largo de su vida".
La concienciación sobre el medio ambiente y la contaminación ya va llegando, aun así, las medidas no son suficientes, en opinión del neumólogo. "Es posible que, de aquí a diez años, la concienciación haya llegado al 100 por 100 de las personas y se tomen medidas reales y radicales como pasó hace años con el tabaco y la ley en contra de esta práctica antitabaco, y que de una vez por todas podamos ponerle remedio de manera prioritaria a temas medioambientales como éste", concluye el Dr. Egea.