El 7 de abril de cada año se celebra el Día Mundial de la Salud. En esta ocasión la conmemoración estará centrada en el tema de la hipertensión. Se estima que más del 30% de la población mundial padece hipertensión, enfermedad que si no es correctamente controlada puede tener repercusiones graves en la salud.
De hecho, la tensión arterial alta aumenta el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, infartos de miocardio e insuficiencia renal. Además, la hipertensión no controlada puede causar ceguera, fallo cardiaco e irregularidades del ritmo cardiaco.
Los principales objetivos de esta conmemoración son: concienciar a la población sobre esta enfermedad, animar a la población a incorporar hábitos de vida saludables que ayuden a prevenir y controlar la hipertensión y explicar a la población adulta la necesidad de controlar la presión arterial periódicamente.
Según alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS), el control y el tratamiento de la hipertensión, junto con la prevención de otros factores de riesgo cardiovascular, ayuda a disminuir el riesgo de muerte por cardiopatías.
Los expertos recomiendan, para reducir el riesgo de sufrir hipertensión, disminuir el consumo de sal, seguir una dieta equilibrada, evitar el abuso de alcohol, controlar el peso, hacer ejercicio físico de forma regular y evitar el tabaco.