Han pasado dos años desde que el 7 de agosto de 2014 la Organización Mundial de la Salud declarara el brote de ébola en África Occidental como una emergencia de salud pública internacional. Y cerca de dos meses, desde que el 9 de junio de 2016 la misma organización declarara esta zona libre de ébola.
La realidad, dos años después es que "Sierra Leona cae de nuevo en el olvido y menos organizaciones permanecen en la zona. La inversión en salud comprometida no se ha realizado. No es la primera vez, otras catástrofes humanas han sufrido las mismas promesas incumplidas. El virus del ébola sobrevivirá en reservorios naturales y habrá nuevos pequeños brotes en el futuro. La mortalidad por la epidemia en África Occidental fue cercana al 60%, en países con sistemas de salud avanzados no superó el 15%, ahora que conocemos vacunas, medidas de protección y tratamientos sintomáticos posiblemente sería menor. Continuaremos trabajando en el fortalecimiento del sistema de salud y en programas de salud sexual y reproductiva en el lugar del mundo con mayor mortalidad relacionada. Sierra Leona sobrevive, pero con extrema dificultad" comenta José Félix Hoyo, coordinador de la apertura del Centro de Tratamiento de ébola de Moyamba de Médicos del Mundo.
De los países que tuvieron el último brote del virus, Sierra Leona fue el que mantuvo una mayor vigilancia. Nuestra organización, ante la dimensión de la epidemia, la mayor de la historia, y en esos momentos con más de 1.200 personas afectadas de las que cerca de 700 habían fallecido, puso en marcha un programa de prevención en la zona noreste, fronteriza con Guinea, origen del brote.
En ese momento, tras doce años de trabajo en coordinación con el Ministerio de Salud, Médicos del Mundo tenía un buen conocimiento de la estructura del sistema sanitario local. Otra de las razones de nuestra intervención fue que Sierra Leona era ya el país más afectado por esta fiebre hemorrágica, también era la primera vez que la enfermedad se detectaba en el país y la población no estaba familiarizada con las medidas para combatirla.
Prevención y sensibilización, claves en el control de la epidemia
La epidemia causó en el país cerca de 4.000 muertes y más de 14.000 casos. La pasividad de la comunidad internacional, la precariedad de los sistemas de salud, la falta de recursos y el desconocimiento sobre la enfermedad facilitaron el mayor brote de ébola conocido desencadenando una crisis de salud pública de mayores dimensiones que la del propio ébola, con la economía paralizada, la población en riesgo de pobreza extrema e inestabilidad política.
"Sierra Leona ha aprendido mucho de la experiencia trágica del ébola, especialmente a nivel de prevención de epidemias. Con la ayuda de las ONG los servicios de salud están equipados ahora con medios sencillos y eficaces de prevención para detectar infecciones. Medir la temperatura y lavarse las manos son las prioridades mas sencillas y cada centro de salud cuenta con un termómetro de infrarrojos y un cubo con agua clorada o jabón. Se trabaja activamente en la sensibilización y la formación del personal de salud", comenta desde el país el coordinador Alessandro Cerri.