La gestión de los residuos sanitarios siempre ha sido una asignatura pendiente, pero durante el último año y medio de pandemia de COVID-19, con la generalización y uso masivo de las mascarillas higiénicas desechables se ha convertido en un problema para el día a día de los ciudadanos. Desde que comenzó la desescalada, han sido muchas las voces que han señalado con preocupación cómo estos objetos, de obligado uso para reducir el contagio del virus, se acumulan en vías públicas y entornos naturales una vez han cumplido su uso.
La encuesta realizada por IMOP Insights y BERBÉS a finales de mayo, ha querido medir el grado de preocupación de los ciudadanos con este asunto y las soluciones que aportan. En primer lugar, destaca que, además del alto grado de preocupación que ya se percibía en otros estudios, los españoles consideran que es una obligación de la propia sociedad antes que de los poderes públicos hacerse cargo de este problema.
En este sentido, un 91,2% de los españoles considera que todos deberíamos poner más de nuestra parte para lograr una mejor gestión de estos residuos y que no acaben en la naturaleza, frente a solo un 8,3% que considera que es responsabilidad de las autoridades disponer de más medios para evitar que estos residuos se acumulen en el suelo. Destacan especialmente los datos del País Vasco, donde este diferencial es aún más acusado: un 96,6% entiende que es una responsabilidad propia, frente a un 3,4% que delega en las autoridades.
Estos datos contrastan con el hecho de que un 18% de los encuestados no sabe en qué contenedor se deben reciclar estos desechos. Los que sí declaran positivamente saber a qué contenedor deben ir las mascarillas se reparten mayoritariamente entre los que señalan el contenedor de resto, el que normalmente es gris o naranja (32,2%), y el contenedor orgánico, que suele ser marrón (27,7%), pero también hay un 10,8% que asegura que tira las mascarillas al contenedor azul de papel y cartón y otro 10,3% que las arroja al contenedor amarillo de envases.
Teniendo en cuenta que estos residuos deben desecharse como resto, llama la atención que solo una tercera parte de los españoles estaría deshaciéndose de forma correcta de las mascarillas que usan a diario. Son los catalanes los que en un mayor porcentaje están siguiendo el cauce adecuado a la hora de tirar a la basura las máscarillas (un 50,5% de respuestas correctas).
En cuanto a las consecuencias de una mala gestión de estos residuos, la mayor preocupación para los ciudadanos es que puedan interferir con el ecosistema. Por ejemplo, que haya animales que se asfixien por efecto de las mascarillas. Un 74,2% lo señalan como principal problema, aunque también preocupa el hecho de que estos residuos se conviertan en un foco de contagio (38%) y la afectación al paisaje (30%).