Llevar una alimentación sana y equilibrada es sinónimo de salud y, para muchos españoles adquirir ciertos hábitos que hagan mejorar en este sentido se ha convertido en un objetivo del día a día. Y aunque todavía hay muchos factores como el precio de la compra, la falta de tiempo o comer fuera de casa que complican cumplir con los propósitos marcados, los datos recogidos en el VI Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon confirman que tras dos años en los que se había registrado una bajada del consumo de alimentación saludable, este indicador crece en 2023, en que 2 de cada 3 encuestados considera llevar una dieta sana en gran o buena medida. También, que hay una disminución hasta el 6 % (9,7 % en 2022) en aquellos perfiles que afirman consumir menús poco o nada saludables.
Las personas que consideran que llevan una alimentación saludable son los mayores de 65 años, y los que menos, los de entre 18 y 25 años
Analizando los perfiles, cabe destacar que son los hombres (67,4 %) son los que creen que en mayor medida llevan una alimentación saludable respecto a las mujeres (65,4 %) y las personas que están por encima de más de 65 años (77,9 %). Por detrás de este grupo se encuentran las personas que tienen hijos (69,1 %), los que teletrabajan (69,1 %) y aquellos que consideran tener un buen estado de salud (72,4 %).
Los perfiles con datos más bajos en cuanto a percepción de consumo de alimentación saludable se refiere, se encuentran entre las personas que consideran que su estado de salud percibido es negativo (48,1 %), medio (55,7 %) y entre los jóvenes de 18 a 25 años (58,5 %) y aquellos que no tienen hijos (61,1 %).
Los castellanomanchegos son los que más cuidan su alimentación a diferencia de los cántabros, los que menos
Analizando los perfiles por comunidades autónomas, Castilla-La Mancha es la zona con mayor número de personas que considera que cuida su alimentación (73,3 %), región cuyos datos se situaban en el año anterior en un 54,7 %. Por detrás se encuentran los aragoneses (70,6 %) y los andaluces (69,4 %) datos que también aumentan considerablemente respecto al año anterior que se situaban en un 57 %. En el lado opuesto y con los porcentajes más bajos, se encuentran las personas que viven en Cantabria (58,4 %) que repite con los datos más bajos como ocurrió en el año anterior cuyo porcentaje descendía hasta el 48,6 %, el País Vasco (60,7 %) y Extremadura (62,4 %).