Cuando hablamos de enfermedad venosa crónica es posible que no tengamos muy claro en qué consiste exactamente esta patología, sin embargo, el término varices sí es popularmente conocido y padecido por un alto porcentaje de población. Conviene aclarar, en primer lugar, que las varices son solo una de las manifestaciones clínicas de esta enfermedad, que abarca otras categorías, y cuyos síntomas afectan, en mayor o menor medida, a un 70% de la población.
La enfermedad venosa crónica es una patología que engloba un conjunto de signos y síntomas secundarios a un deficiente funcionamiento del árbol venoso de las piernas. Como explica el Dr. Agustín Arroyo Bielsa, jefe de servicio de la Unidad de Angiología, Cirugía vascular y Endovascular del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, "existen diferentes grados de afectación, por ello desde hace años contamos con una clasificación llamada CEAP que agrupa a los enfermos en 7 categorías: desde aquellos que tienen síntomas sin signos, a los que presentan úlcera abierta, pasando por varículas, varices, edema, lesiones tróficas o úlcera cicatrizada".
El factor hereditario resulta determinante, pero en los últimos años se han incrementado los casos de pacientes afectados, probablemente debido a diversas causas: el sedentarismo creciente entre la población y el predominio de determinados trabajos que obligan a situaciones posturales que agravan la enfermedad. "Tan malo es estar de pie, parado, de forma prolongada, como, por ejemplo, ocurre a los profesionales de peluquería, hostelería, enseñanza, como estar sentado durante horas delante del ordenador", señala el Dr. Arroyo.
Otro factor que puede influir es la mayor preocupación estética existente. En este sentido, como afirma el especialista, conviene aclarar que no se trata simplemente de un problema estético. "Al principio puede que sea lo más llamativo, pero la enfermedad es crónica y va progresando y, en estadios avanzados puede limitar mucho la funcionalidad de los pacientes, así como su autoestima y, por supuesto, su calidad de vida".
Prevención y abordaje de las varices
En los últimos años el tratamiento de las varices ha evolucionado mucho. "Hoy en día disponemos de técnicas muy poco agresivas. El sellado con cianoacrilato o pegamento, por ejemplo, no requiere quirófano convencional, no emplea anestesia, no realiza incisiones y no obliga al uso de media elástica en el postoperatorio. Además, el ingreso ya no es necesario en la mayoría de las intervenciones", apunta el Dr. Arroyo Bielsa.
Si bien es cierto que la carga genética es inevitable en esta patología, existen determinadas medidas preventivas que pueden dificultar la progresión de las varices, como evitar la bipedestación prolongada, no exponerse al sol ni al calor, realizar baños de agua fría y utilizar contención elástica cuando sea preciso.