Un 80% de las fibromialgias se deben a intolerancia a la lactosa y a infecciones crónicas por el virus Epstein-Bar, según una estimación recogida en el libro Manual de Fibromialgia. Nuevas aportaciones (editado por Bubok.es), elaborado por el doctor José Rodríguez Moyano a partir de su experiencia durante más de 15 años con pacientes que sufren esta enfermedad. En el año 2.005 el autor publicó en la revista médica Medicina Biológicaun estudio clínico al que se llegaba a la misma conclusión.
Se calcula que cerca de 1 millón y medio de españoles sufren fibromialgia, un síndrome que cursa con dolores articulares, musculares y tendinosos generalizados, cansancio, fatiga, rigidez matutina, cefaleas, mareos y trastornos en la región genitourinaria, intestinal y faríngea. Son frecuentes las alteraciones psíquicas como la ansiedad y la depresión, destaca este experto. Es más frecuente en la Salud de la mujer y en el adulto, aunque no exclusivo.
Los síntomas varían según la causa, explica, aunque es necesario realizar pruebas diagnósticas para descubrirla: "Los pacientes con síndrome fibromiálgico originado por la intolerancia a la lactosa suelen padecer diarrea, meteorismo, cefaleas, cansancio, etc. Sin embargo, quienes su síndrome está motivado por infecciones bacterianas o virales también suelen sufrir faringitis crónica, dolores cervicales, sensación de febrícula… ".
La principal aportación de este manual es sobre el origen de la fibromialgia. "Patologías de origen tóxico, infeccioso y alimentario que no son diagnosticadas y tratadas a tiempo pueden derivar en un síndrome fibromiálgico", afirma el doctor Rodríguez Moyano.
Los pacientes a menudo pasan años sin ser diagnosticados y cuando reciben tratamiento suele estar basado en analgésicos y antiinflamatorios, que reducen los síntomas pero no solucionan el origen de la enfermedad, destaca el doctor Rodríguez Moyano. Por eso, este especialista cordobés aboga por identificar la causa de los síntomas y utilizar medicamentos de origen natural, como la homeopatía compuesta o medicina biorreguladora, que depura el organismo de toxinas y actúa en el sistema inmune frente al dolor y la inflamación, así como la medicina manual que corrige y armoniza los problemas estructurales u óseos.
Amalgamas de mercurio
El depósito y toxemia del mercurio procedente de las amalgamas metálicas en el organismo es una posible causa de fibromialgia, como se recoge en el libro. El mercurio es el más pernicioso de los metales pesados y el material más tóxico tras los productos radiactivos. Sus efectos perjudiciales en la salud se han demostrado en multitud de estudios. Ya desde 1991 la Organización Mundial de la Salud advierte de su peligro, así como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en su Evaluación Mundial sobre el Mercurio de 2002. Debemos prestar especial hincapié al último desastre ecológico sucedido en Hungría (07/10/2010) tras la rotura de una balsa gigantesca que almacenaba mercurio y aluminio.
"Según hemos podido comprobar, si las amalgamas de plata-mercurio tienen más de diez años y el proceso de aleación ha sido incorrecto pueden provocar el síndrome fibromiálgico en algunos pacientes", comenta el experto. En estos casos se recomienda su sustitución por resinas, cerámicas y un tratamiento de detoxificación y drenaje.
Otro motivo frecuente de fibromialgia que suele pasar desapercibido es la intolerancia alimentaria. La Sociedad Andaluza para el Estudio de las Enfermedades por Alimentos (SAEIA) ya demostró en un estudio que la intolerancia a los alimentos, en particular a la lactosa, ocasionaba fibromialgia. El alimento con más intolerancia fue el grupo de las proteínas lácteas, seguido de la harina de trigo, el huevo, algunas carnes y pescados, concluía esta sociedad científica. "Es extraño que no se solicite con más frecuencia la prueba de la intolerancia a la lactosa, tan importante y tan fácil de realizar", resalta el doctor Rodríguez Moyano. La retirada de los lácteos de la dieta y una terapia de detoxificación consiguen mejorar los síntomas en poco tiempo, añade.
Otras posibles causas que deben ser determinadas son la presencia de toxinas bacterianas (estreptocócicas) y la contaminación por ingesta de tóxicos ambientales, como los pesticidas. "Se piensa en un síndrome fibromiálgico por intoxicación de organofosforados cuando el enfermo trabaja por ejemplo en el cultivo bajo plásticos, donde se utilizan frecuentemente plaguicidas", señala, "aunque se necesitan realizar análisis clínicos para determinarlo".