El hábito de fumar produce alteraciones de la función cerebral, en concreto, en la corteza prefrontal y en el sistema límbico mesocortical. Un estudio reciente, realizado por The Affiliated Hospital of Hangzhou Normal University, ha evaluado la posibilidad de modular la actividad cerebral frontal mediante el uso de estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr) para mejorar las tasas de abandono del tabaquismo.
Como señala el Dr. Julio Prieto, neurofisiólogo y asesor científico de la Unidad de Tratamiento de la Ansiedad y Depresión de Vithas Internacional, "los resultados obtenidos resultan prometedores: un 90% de los participantes abandonó el hábito de fumar, demostrándose también una normalización en los estudios de resonancias magnéticas funcionales realizadas tras el tratamiento".
Dejar el tabaco resulta complicado para la mayoría de fumadores debido a la alteración de diversas funciones cerebrales que produce la nicotina. "Un enfoque potencialmente eficaz para tratar la dependencia a la nicotina es revertir la actividad neuronal alterada en el cerebro de los fumadores y para ello podemos emplear la EMTr, una herramienta neuromoduladora y no invasiva", apunta el Dr. Gabriel Rubio, psiquiatra y asesor científico de la Unidad de Tratamiento de la Ansiedad y Depresión de Vithas Internacional.
¿Cómo funciona la EMTr?
La estimulación magnética transcranel funciona a través de un campo magnético variable que penetra a través del cuero cabelludo. "Consiste en cambiar la excitabilidad de distintas áreas de nuestro cerebro mediante una estimulación externa, que puede tener efecto inhibitorio o excitatorio, en función de las características del estímulo", explica el Dr. Rubio.
En el caso de los fumadores, al actuar sobre determinadas áreas del cerebro "esta estimulación nos permite aumentar la capacidad de inhibir el hábito fumador y, a la vez, reducir la necesidad imperiosa de fumar durante el periodo de deshabituación", afirma el Dr. Prieto.
Además de una alta tasa de efectividad, las ventajas de este tratamiento son varias: es un procedimiento no invasivo, indoloro, seguro, que se realiza de forma ambulatoria y apenas presenta efectos secundarios, a lo sumo una leve cefalea que remite con analgésicos sin mayor problema.
En este caso concreto la media habitual sería de 10 sesiones, aunque, como señalan los especialistas, es necesario valorar cada caso de forma particular en consulta.