Entre un 5 y un 10% de los pacientes pediátricos presenta ferropenia, destacando una mayor prevalencia en el ámbito hospitalario donde se llega a superar el 10%. Este porcentaje alcanza el 20% si tenemos en cuenta la deficiencia subclínica de hierro. En ambos casos el grupo de edad que más casos registra es el situado entre los 2 y 5 años. Estos son algunos de los datos que refleja el estudio "Prefer: Prevalencia de la ferropenia en la población pediátrica", impulsado por Laboratorios Ordesa, cuyo objetivo es conocer cómo y en qué casos se diagnostica el déficit de hierro en la población infantil y adolescente.
En un 95% de los casos, las deficiencias de hierro se deben a una ingesta escasa de este nutriente a través de la alimentación, por lo que se puede prevenir mediante la utilización de suplementos de este mineral. Las evidencias actuales muestran que este tipo de suplementos de hierro ayudan a prevenir la anemia ferropénica y mejoran el crecimiento, así como los parámetros somatométricos y analíticos.
Los casos en niños menores de 6 meses son difíciles de evitar, mientras que a partir de esta edad una correcta diversificación alimentaria y la posterior planificación de la dieta podría ayudar a reducir la prevalencia de esta patología. El grupo que presenta un mayor riesgo son los menores de 5 años debido a que se combinan diversos factores, como puede ser unas necesidades elevadas de hierro con una ingesta reducida de este nutriente.
Los principales factores de riesgo de ferropenia y/o anemia en la población pediátrica son la introducción tardía de alimentos ricos en hierro en la alimentación, las dietas desequilibradas o restrictivas, un bajo nivel socioeconómico o las infecciones frecuentes.
El estudio se ha realizado a una muestra de 163 pediatras de atención primaria y del ámbito hospitalario. Los datos obtenidos muestran que el 71,1% de los pediatras, ante la aparición de ferropenia, pautan un tratamiento con ferroterapia oral o indican medidas nutricionales para aumentar la ingesta de alimentos ricos en hierro. A la hora de prescribir un tratamiento oral los factores que más valoran los facultativos son la tolerabilidad y la facilidad de administración.