Publicado en "Journal of Nuclear Medicine Technology", y liderado por el Departamento de Medicina Nuclear de ERESA en el Hospital General Universitario de Valencia

Un estudio español revela una forma más óptima que la convencional para ajustar las dosis de radiofármacos

Si se toma como referencia el índice de masa corporal, y no el peso del paciente (como hasta ahora), se reduce en un 56% la dosis de radiofármacos recibida por los pacientes y en más de un 12% la adquirida por el personal del Servicio de Medicina Nuclear
A pesar de la significativa disminución de dosis, se mantiene la calidad de la imagen obtenida
El 18F-FDG PET/TAC ha demostrado gran utilidad en el diagnóstico, estadificación, evaluación de recurrencias y en el tratamiento en un número importante de patologías oncológicas

El 18F-FDG PET/TAC de todo el cuerpo se ha convertido en una herramienta indispensable para el diagnóstico, la estadificación y reestadificación de una amplia variedad de tipos de cáncer, proporcionando una valiosa información funcional y anatómica que puede demostrar y localizar con precisión los focos de la actividad metabólica anormal antes de la aparición de alteraciones morfológicas, aumentando la especificidad y la sensibilidad de la exploración. Esto ha motivado un acentuado incremento en los últimos años del número de estudios de PET/ TAC que se llevan a cabo. Sin embargo, el 18F-FDG PET/TAC puede aumentar considerablemente la dosis de radiación que reciben los pacientes, de ahí que se estén investigando nuevas fórmulas para minimizar en todo lo posible las radiaciones ionizantes en estos procedimientos diagnósticos.

Un grupo de investigadores y clínicos españoles, del Servicio de Medicina Nuclear de ERESA en el Hospital General Universitario de Valencia (HGUV), han encontrado una nueva forma de alcanzar este objetivo, "un innovador abordaje que podría cambiar los procedimientos y los estándares recogidos en las guías, tanto nacionales como internacionales, para la realización de un PET-TAC con F18- FDG", según explica Raúl Sánchez Jurado, Supervisor de Enfermería de Medicina Nuclear-ERESA HGUV, quien anuncia que "actualmente estamos empleando este sistema para la práctica diaria en nuestro Servicio, obteniendo unos resultados óptimos".

Según un estudio, publicado en "Journal of Nuclear Medicine Technology" y en el que se han evaluado a más de 1.800 pacientes, la dosis administrada de 18F-FDG se puede reducir en gran medida utilizando el índice de masa corporal (IMC) en lugar del peso del paciente, sin disminución de la calidad de imagen.

Objetivo conseguido

Tal y como explica el primer firmante de este artículo, "nuestro objetivo desde el principio fue cambiar las bases de la administración de F18-FDG en los estudios de PET-TAC". Todas las guías nacionales e internacionales toman como valor de referencia el peso del paciente a la hora de calcular las dosis a administrar. "Nosotros –explica Raúl Sánchez Jurado- pensamos desde el inicio que sería más adecuado emplear el IMC (índice de masa corporal) para ajustar éstas".

Partiendo de esta idea, se ha podido comprobar que es posible disminuir considerablemente las dosis de radiofármacos a los pacientes manteniendo la calidad de las imágenes en los estudios, "lo que permite una reducción de la dosis soportada por los pacientes, así como una disminución de la exposición del personal sanitario que los atiende durante todo el tiempo que se encuentran en nuestras instalaciones", según explica el Dr. José Ferrer-Rebolleda, Jefe de Medicina Nuclear del HGUV y Director Médico del Grupo ERESA. Además, "dicha reducción de dosis es una medida costo-efectiva", añade este experto.

En concreto, los resultados obtenidos en este estudio muestran que la calidad de la imagen se mantuvo (o incluso mejoró) cuando se contó con el IMC como referencia en comparación a los pacientes administrados teniendo en cuenta el peso exclusivamente; pero, además, se redujo en más del 56% la dosis recibida por los pacientes y en más de un 12% la recibida por el personal del servicio.

Implicaciones del estudio

Son muchas las implicaciones clínicas y económicas que pueden derivarse de este estudio. En primer lugar, destaca Raúl Sánchez Jurado, "se podrían cambiar los procedimientos y los estándares recogidos en las guías tanto nacionales como internacionales para la realización de un PET-TAC con F18-FDG, que es la prueba rutinaria más realizada con estos equipos". De hecho, añade, "nuestro modelo es adecuado y podría ser reproducido por todos los servicios de Medicina Nuclear que trabajen con F18-FDG".

Por otro lado, la reducción de dosis tanto en pacientes como en el personal es una revolución sin precedentes hasta ahora y cambiaría la forma de organizar la dinámica de citación para este tipo de pruebas: habría que hacerlo en función del IMC, para la mayor optimización de recursos.

Desde el punto de vista de los costes, como informa el Director Médico de ERESA, "la repercusión económica es muy importante", pero "lo principal es la personalización de las dosis teniendo en cuenta las características físicas del paciente, con un importante salto de calidad ya que supone una individualización real de la atención al paciente" concluye el Dr. Ferrer-Rebolleda.

La técnica de referencia

Este estudio se ha llevado a cabo con un equipo muy potente (Philips Gemini TF16), que posee una tecnología muy avanzada que incorpora un sistema denominado ‘Tiempo de vuelo' (Time of Flight), que supuestamente debía mejorar los tiempos de adquisición y las dosis a administrar a los pacientes pero que no había sido probado y del que no había publicaciones al respecto. Las guías nacionales e internacionales que sirven de referencia para el ajuste de las dosis en función de los isótopos a emplear y del tipo de prueba eran de 2009 y, por eso, se consideró que habían quedado obsoletas y no eran acordes a la tecnología actual.

El PET-TAC es una sofisticada técnica de imagen no invasiva que se considera actualmente como la mejor herramienta para la caracterización de tumores, la estadificación, detección de recurrencia, monitorización del tratamiento con quimio-radioterapia y evaluación prequirúrgica y como guía de biopsias diagnósticas. Esta información es de gran utilidad para la toma de conductas terapéuticas. Estos nuevos procedimientos han emergido como uno de los instrumentos más poderosos para detectar tumores ocultos, conocer la fase de la enfermedad, la valoración de respuesta a los distintos tratamientos y predecir la naturaleza real de las masas residuales en diversas patologías.

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