El día del déficit de hierro que se celebra hoy lunes, 26 de noviembre, pretende hacer un llamamiento a la población para que obtenga información sobre el hierro y su importancia para el organismo para que sea consciente de qué puede suceder si las concentraciones de hierro no son las adecuadas. El déficit de hierro sigue siendo un trastorno relacionado con la salud poco conocido a pesar de que sus consecuencias son potencialmente graves y de que su prevalencia es alta.
Aunque el déficit de hierro puede afectar a cualquier persona, su mayor prevalencia es en las mujeres pre-menopáusicas, las mujeres embarazadas y los niños de menos de cinco años de edad. Reconocer los síntomas del déficit de hierro y de la anemia causada por el déficit de hierro constituye a menudo el mayor obstáculo para establecer el diagnóstico de estas enfermedades. Los síntomas habituales son cansancio, piel pálida, uñas quebradizas, ansia de comer productos no alimenticios como tierra, arcilla o hielo e incapacidad para concentrarse. Sin embargo, los síntomas del déficit de hierro pueden manifestarse en diferentes formas, son difíciles de identificar y pueden ser también síntomas de otros trastornos.
En el caso concreto de las mujeres y los niños, "puede tener efectos importantes sobre su salud y su calidad de vida. Hay muchos estudios que relacionan el déficit de hierro con un mayor riesgo de infecciones urinarias durante el embarazo, de afección de la placenta, de nacimiento de niños de bajo peso y de trastornos de aprendizaje hasta los 5 años de edad. Además, se conoce su relación con la fragilidad de uñas y pelo, problemas de concentración, irritabilidad, menos rendimiento escolar e intelectual, menor rendimiento deportivo, e incluso explicaría parte del comportamiento de los adolescentes", explica el Dr. José Antonio García Erce, hematólogo y responsable del Banco de Sangre de Pamplona.
En cualquier caso, las consecuencias del déficit de hierro varían de una persona a otra, pero pueden producir un deterioro global de la salud y del bienestar en general. Incluso sin anemia, el déficit de hierro puede ser debilitante, exacerbar una enfermedad crónica subyacente e incrementar la morbilidad y la mortalidad. Por ejemplo, en los niños, el déficit de hierro puede alterar de forma importante el desarrollo cognitivo y motor.
Por tanto, como advierte el Dr. Miguel Montoro, gastroenterólogo responsable de formación de la Asociación Española de Gastroenterología (AEG), "hay una necesidad real de incrementar el nivel de concienciación sobre las graves consecuencias del déficit de hierro. Esta enfermedad es el principal déficit nutricional a nivel mundial. Incrementar el nivel de concienciación y el conocimiento de sus síntomas por parte de la población ayudaría a prevenir y controlar este problema. Asimismo, también es importante concienciar al médico acerca de la conveniencia de investigar la presencia de este trastorno, incluso sin anemia, especialmente en escenarios de alta sospecha o probabilidad clínica".
A nivel nacional, el Hospital La Paz acoge hoy una campaña de concienciación sobre el déficit de hierro, en la que además de ofrecer información a la población general, se les brindará la posibilidad de hacerse un test de ferritina con el que descartar la posible presencia de déficit de hierro.
Un mal silencioso y muy frecuente
Como resalta el Dr. García Erce, hasta el 25% de la población mundial padece anemia, la cual afecta tanto a la capacidad física como psíquica o intelectual. Y el déficit de hierro es su principal causa. "En los últimos años se ha demostrado la relación del déficit de hierro, no sólo con un mayor riesgo de desarrollar una anemia o una recaída, sino además con una peor calidad de vida, mayor riesgo de infecciones, mayor riesgo de partos prematuros o neonatos de bajo peso", indica.
Un mal silencioso que se hace sobre todo visible cuando se acude a los bancos de sangre a hacer donaciones. En concreto, el Dr. García Erce señala que del 25 al 50% de las mujeres donantes sanas y en edad fértil tienen déficit de hierro (ferropenia) frente a un 5% de los varones donantes habituales.
En la actualidad el nivel de hemoglobina por debajo de lo aconsejable o la presencia de anemia es la causa principal de rechazo temporal de los y las donantes de sangre. "De ahí la importancia de su prevención, estudio y tratamiento precoz, para así preservar y mejorar la calidad de vida de los y las donantes en particular y de la población en general", insiste este experto.
Déficit de hierro y patologías crónicas
El déficit de hierro afecta con especial gravedad a los pacientes de enfermedades crónicas. Según destaca el Dr. Montoro, "es un marcador pronóstico negativo de muchas condiciones médicas, factor de riesgo para el desarrollo de muchas enfermedades y el "primer signo de alarma" de muchas de ellas, de ahí que se haya convertido en un objetivo terapéutico prioritario en los últimos años".
Así, son muchas las patologías que acusan la falta de hierro. Se conoce su relación, entre otras, con la insuficiencia renal crónica, las enfermedades inflamatorias intestinales (enfermedad de Chrön y colitis ulcerosa) o la insuficiencia cardiaca.
La principal causa de déficit de hierro son las patologías digestivas al repercutir sobre la absorción de micronutrientes o conllevar pérdida de sangre en las heces. "Tal es el caso, entre otras, de la enfermedad celiaca (enfermedad intestinal crónica más frecuente), la intolerancia al trigo no celiaca (afecta al 1% de la población general y hasta el 20% de estos casos presentan ferropenia), la enfermedad inflamatoria intestinal (entre el 60-80% presentan ferropenia de origen multifactorial) o los tumores del tubo digestivo, especialmente el cáncer de colon", afirma el Dr. Montoro.
En este tipo de patologías, el impacto de la anemia ferropénica sobre la salud depende en gran medida de dos factores: la magnitud del trastorno en sí mismo (grado de anemia) y las comorbilidades que gravan el pronóstico de los pacientes - detalla el Dr. Montoro -. Como manifiesta este experto, "todas las combinaciones son posibles. El cáncer de colon o la enfermedad inflamatoria intestinal que requieren cirugía, por ejemplo, tienen peor pronóstico si la anemia o la ferropenia no son corregidas durante la evaluación preoperatoria. Un paciente con insuficiencia cardiaca latente y cáncer de colon que es sometido a cirugía puede tener un peor desenlace si el déficit de hierro no es corregido de forma adecuada, lo que redundará en mayor tasa de infecciones postoperatorias y /o de descompensación de su cardiopatía".
Se estima que un tercio de los pacientes sometidos a cirugía mayor tiene anemia. En este sentido, el Dr. García Erce, recuerda el riesgo que implica para el paciente tener anemia preoperatoria. "Se trata de un factor predictivo negativo asociado a mayor morbilidad, infección, reingreso y mortalidad. Es por ello que todas las Guías Internacionales recomiendan el estudio y tratamiento de la anemia y déficit de hierro para mejorar el pronóstico de cualquier paciente candidato a cirugía".
En definitiva, ambos expertos coinciden en que "es fundamental el correcto manejo del hierro para mejorar el estado general y la calidad de vida de nuestros pacientes y de la población general. Siempre con sentido común, y bajo supervisión de un profesional sanitario. Y la celebración de este Día es de gran ayuda para dar a conocer un problema real y grave que, sin embargo, se reconoce y se diagnostica poco".