La Compañía GE Healthcare y la Clínica Universidad de Navarra en Madrid han implantado nuevas unidades de parto y recuperación que pueden permitir ofrecer partos personalizados para que la madre sea la verdadera protagonista durante todo el proceso.
A diferencia de los entornos convencionales, en los que la futura mamá tiene que pasar por diversas estancias durante el proceso del parto, que van desde la propia habitación, la sala de dilatación, la de anestesia y el paritorio, en este nuevo concepto la mujer vive todo el proceso en el mismo espacio, desde la dilatación hasta el puerperio inmediato.
Estas estancias, llamadas Unidades de Trabajo de Parto y Recuperación (UTPR), son unas acogedoras y espaciosas salas que cuentan con distintos recursos para controlar el dolor y facilitar la dilatación como, por ejemplo, bañera de agua caliente, balones de fit ball, espalderas o lianas. "Gracias a estos recursos, el equipo de matronas especializadas en las últimas técnicas de relajación para el control del dolor y la facilitación del trabajo de parto pueden ofrecer a la madre un amplio abanico de opciones, teniendo en cuenta las expectativas y deseos de la madre desde el primer momento", explica Mercedes Gutiérrez, supervisora del bloque Obstétrico de la Clínica Universidad de Navarra en Madrid.
Por eso, estas salas cuentan también con música ambiente y luz de intensidad regulable para favorecer la relajación y, gracias a la amplitud de la sala, la futura mamá pueda estar acompañada en todo momento por la persona que desee. "El propio diseño de la sala hace que la madre se sienta cómoda, casi como en su casa, no le recuerda que está en un hospital", asegura la supervisora. De este modo, la madre se encuentra en un entorno que transmite una sensación menos "medicalizada" porque la estancia tiene un ambiente muy similar a la habitación de cualquier hogar, lo que fomenta el bienestar de la madre y la familia.
Sistema de monitorización desde el exterior de la estancia
Para garantizar que "todo está totalmente controlado", la estancia cuenta con un sistema especial de monitorización, con el que médicos, enfermeras y matronas controlan desde el exterior de la estancia todas las constantes vitales, no solo de la madre, sino también del bebé. La principal ventaja de este sistema de monitorización central es que es inalámbrico, lo que facilita que la madre pueda moverse con libertad por la habitación sin tener que permanecer en la cama. Además, este dispositivo es sumergible, lo que le permite tener un parto en el agua o ducharse sin ningún riesgo. "Nuestro objetivo es individualizar cada parto, que la madre pueda expresar sus expectativas y pueda tomar decisiones", argumenta.
Las UTPRS cuentan con una cama convertible en mesa de parto, para cuando llega el momento de dar a luz. Una vez producido el alumbramiento, se promocionan inmediatamente los cuidados piel con piel en la misma habitación.
Sin embargo, en el caso de que sea necesario trasladar al recién nacido a la UCI Neonatal, se utiliza un sistema muy novedoso que permite el traslado del bebé en su propia cuna desde la habitación del parto hasta la UCI, evitando así el estrés que le produce al niño el paso de una cuna a otra cuna y, sobre todo, laconsecuente pérdida de temperatura, algo que es fundamental para el recién nacido. El bebé permanece siempre en su misma incubadora durante su estancia convirtiéndose esta en incubadora de transporte a lo largo de todo el hospital ya sea para trasladarlo a la UCI Neonatal, a la resonancia, al quirófano...
"Se trata de un concepto más elevado del parto humanizado, en la que incluso la arquitectura se adapta para ofrecer el mayor confort a la madre, pero con la garantía y seguridad propia de un hospital de tercer nivel", explica la supervisora del Bloque Obstétrico. "Por eso, estas estancias cuentan con quirófanos-paritorios de alta resolución y una UCI Neonatal, con el objetivo de poder cubrir todos los escenarios que surjan y garantizar la mejor medicina para el paciente", concluye Mercedes.