La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), con el apoyo de AstraZeneca, ha puesto en marcha una aplicación pionera en España para teléfonos móviles smartphones que informa al paciente de los niveles de polen concretos a los que es alérgico y solo de aquellas provincias que le son de interés. Además, cuando se superan los umbrales de alerta, el paciente recibe al instante una alarma en el móvil que le advierte de la situación de riesgo en el sitio donde se encuentra. De esta forma, el paciente sabe que debe limitar sus estancias al aire libre y comenzar el tratamiento indicado por el alergólogo.
Según explica el Dr. Francisco Feo Brito, coordinador del Comité de Aerobiología de la SEAIC, en mayo y junio "polinizan las gramíneas, los pólenes más alergénicos y de mayor distribución en España, aunque la mayoría se concentran en el centro y sur peninsular. Ocho de cada diez pacientes alérgicos son sensibles a este tipo de polen". Además, también coincide con la polinización del olivo. Por ello, este sistema enviará los datos actualizados de forma diaria durante mayo y junio, y semanalmente durante el resto del año.
Los síntomas respiratorios de las personas alérgicas dependen directamente de las concentraciones atmosféricas. El Dr. Feo Brito recuerda que "en la rinitis y el asma por alergia a pólenes es muy importante seguir el tratamiento de mantenimiento hasta que se complete la polinización de las plantas a las que el paciente es alérgico". De esta forma, matiza, "no solo se alivian los síntomas, sino que se controla la inflamación bronquial y se evitan nuevos episodios de asma bronquial".
Las enfermedades alérgicas se han duplicado en los últimos 15 años, llegando a afectar al 25% de la población, es decir, una de cada cuatro personas es alérgica. Entre los motivos del aumento de los casos de alergia al polen se encuentra la teoría de la higiene. El sistema inmunológico está preparado para protegernos frente a infecciones por virus o bacterias, sin embargo, los avances de la sanidad pública en vacunas y el uso de antibióticos han permitido un control eficaz de los procesos infecciosos. "Por este motivo, la inactividad del sistema inmune le lleva a una actuación errónea frente a sustancias de nuestro ambiente que deberían ser toleradas, como es el caso de los pólenes", confirma el Dr. Feo Brito. Asimismo, la contaminación ambiental es un factor muy implicado en el aumento de la prevalencia y severidad del asma bronquial. Además, en el asma alérgico a pólenes su efecto se duplica.