Una de cada siete personas padece hipersensibilidad dental, lo que provoca la aparición de dolor en la cavidad oral, que a su vez repercute en su calidad de vida. La sensibilidad o hipersensibilidad dental es una de las patologías más frecuentes entre la población. Este tipo de dolencia aparece principalmente entre los 18 y 40 años, siendo más frecuente entre las Salud de la mujeres. Además, tiene un componente estacional, por lo que hay mayor incidencia en invierno que en primavera.
El paciente manifiesta molestias ante estímulos como pueden ser la ingesta de productos fríos o calientes, o a la hora del cepillado. Esta molestia se produce por el desgaste de la superficie dental o la retracción del tejido gingival. Al quedar las raíces descubiertas por el esmalte, el nervio dental queda expuesto produciéndose la sensibilidad.
Los factores que influyen en la pérdida de estas capas que cubren y protegen la pieza dental son, por un lado, las malas prácticas como un cepillado incorrecto, el uso de dentífricos abrasivos o abusar de alimentos ácidos. Por otro lado, influye la presencia de ciertas enfermedades gástricas u orales, como el bruxismo, la mala oclusión o las enfermedades periodontales.
A pesar del alto porcentaje de población que padece este problema, actualmente la hipersensibilidad puede tratarse con éxito. Ante cualquier signo de hipersensibilidad dental, el primer paso es acudir al odontólogo para diagnosticar la causa y prescribir el tratamiento más adecuado para el paciente.
El tratamiento de la hipersensibilidad puede ir desde sistemas aplicados por el propio paciente en su casa para los casos más leves, a través de productos dentales con fórmulas especiales para dientes sensibles, hasta tratamientos en clínica para aquellos más severos.