Una dieta inadecuada o poco equilibrada afecta al color de las piezas dentales, incrementando su tono amarillento, según informa Vitaldent. Además, el abuso de ciertos alimentos como el café, el té, las bebidas de cola, el vino tinto, o los zumos cítricos, también puede provocar que los dientes pierdan su tono natural.
Aparte de la dieta, ciertos hábitos como el abuso del tabaco, ya que la nicotina y el alquitrán que contiene generan manchas, o la ingesta prolongada de algunos medicamentos como las tetraciclinas y la doxiciclina (antibióticos), y los antidepresivos y los antiestamínicos, pueden también dañar el color del esmalte.
Asimismo, desde el punto de vista odontológico, algunos tipos de colutorios prescritos para tratar los problemas periodontales y que contienen clorhexidina, suelen decolorar los dientes si se usan de manera prolongada y el flúor en exceso también puede tener este efecto.
Pero una de las causas que los expertos declaran como principal, al margen de todo lo comentado, es la mala higiene bucodental. Así el director médico de Vitaldent, Gustavo Camañas, reitera la importancia de cepillarse los dientes después de cada comida, utilizando hilo dental y colutorio, para evitar o disminuir este problema.
"Si no nos cepillamos los dientes, estos acumulan placa. La placa no tarda en endurecerse y convertirse en sarro, sustancia amarillenta que ya sólo puede ser retirada por un odontólogo o higienista dental", informa. "Además, un diente con sarro es más propenso a retener restos de comida lo que fomenta la aparición de manchas".
Para evitar este problema que afecta principalmente a la estética de la persona, los profesionales de Vitaldent recomiendan reducir el consumo de alimentos que decoloran los dientes, así como evitar hábitos nocivos. Si ya se tienen los dientes manchados o amarillentos, y uno de los objetivos para 2015 es recuperar la blancura dental, los expertos informan de que el paciente puede realizarse tratamientos de estética dental como el blanqueamiento o las carillas dentales. Pero, ¿por cuál debemos decantarnos?
Ambos tratamientos tienen el objetivo de mejorar nuestra sonrisa y hacerla más estética. Las carillas son finas láminas de porcelana que se colocan en la parte frontal del diente. La gran diferencia que existe con el blanqueamiento, es que las carillas, además de otorgar a los dientes un color más puro y blanco, nos permiten corregir pequeños defectos en la forma de los dientes otorgándoles homogeneidad y un aspecto más atractivo.
Hoy en día hay materiales como el composite o las carillas ultrafinas e-max que ofrecen magníficos resultados sin necesidad de tallar el diente. Estas carillas, proporcionan una fuerza y resistencia comparable al esmalte del diente natural, y resisten al paso del tiempo, no desgastándose, y proporcionando una blancura propia de una dentadura cuidada.
El blanqueamiento dental consiste en la aplicación de productos químicos sobre la superficie dentaria que, mediante un proceso de oxidación, producen un aclarado del tono de los dientes. Por ese motivo, siempre debe realizarse bajo la supervisión de un profesional, para evitar que estos agentes químicos puedan ocasionar posibles abrasiones y daños en las encías.
Existen diferentes tipos de blanqueamiento dental: de aplicación casera, en clínica o mixta. En los tratamientos en clínica se obtienen unos resultados de manera inmediata, en una o dos sesiones, y de forma segura. Esto se debe a que lo efectúa un especialista y se emplean técnicas que activan los productos que se aplican sobre la dentadura. La concentración de los geles de blanqueamiento es mucho mayor, alrededor del 35%, por lo que la efectividad aumenta.
Actualmente, existen también tratamientos de luz fría que permiten blanquear las piezas de manera más rápida y segura, sin producir ningún daño. El paciente debe, antes de realizarse un tratamiento de blanqueamiento, acudir a la consulta del dentista para que éste compruebe el estado de su boca, ya que estos tratamientos están contraindicados en caso de poca espesura del esmalte, sensibilidad dentaria, caries y enfermedad periodontal. Si se diera el caso, deben de tratarse antes estas patologías.
En conclusión, tanto las carillas como el blanqueamiento pueden darnos resultados excepcionales. Todo depende del caso del paciente, y siempre será el profesional quien nos indique el más adecuado.