Cada año se diagnostican en España 162.000 nuevos pacientes con cáncer. Diversos estudios han demostrado que una alimentación inadecuada se relaciona con el desarrollo de enfermedades como el cáncer.
Aunque no se ha podido demostrar completamente que parámetro influye directamente sobre la enfermedad, por su efecto multicausal, lo cierto es que los datos apuntan a que los malos hábitos alimenticios, el consumo energético elevado y el abuso del alcohol y el tabaco pueden aumentar el riesgo de aparición de un tumor. Si se añaden otros factores como la falta de ejercicio y la obesidad, la incidencia aumenta.
Los expertos del MD Anderson Cancer Center Madrid, en el marco del Día Mundial de la Salud, han aconsejado como base para una alimentación oncoprotectora, una dieta variada y equilibrada que cumpla con los estándares de adecuación y personalización, según la edad y el estilo de vida.
En la actualidad, las guías alimentarias orientan sobre el consumo saludable que permita disminuir el riesgo de padecer enfermedades crónicas como el cáncer. Así, recomiendan consumir cuatro o cinco raciones al día de frutas y verduras, por su aporte de fibra, minerales, vitaminas y antioxidantes, y dos o tres raciones diarias de proteínas, con vitamina B12, hierro y zinc.
Además, el consumo de grasa debe ser moderado y se aconseja que sea procedente de alimentos vegetales, como el aceite de oliva, los frutos secos o el aguacate, o de algunos alimentos proteicos como el pescado azul, ricos en ácidos grasos Omega 3. La fibra, proveniente de legumbres, cereales, frutas y verduras, debe suponer una ingesta diaria de aproximadamente 30 gramos.
En cuanto a la bebida, se recomienda consumir al menos ocho vasos de agua al día. Por otro lado, la toma responsable y moderada (dos unidades al día) en adultos de bebidas alcohólicas fermentadas de baja graduación, como el vino y la cerveza, puede disminuir el riesgo cardiovascular por su contenido en antioxidantes naturales.
Por último, el ejercicio diario durante 30 minutos es necesario para evitar el aumento de peso, mantener el equilibrio de la masa muscular, fortalecer el corazón y mejorar el riego sanguíneo.