Entre un 40% y un 75% de la población puede padecer algún tipo de trastorno de articulación temporomandibular (ATM por sus siglas) a lo largo de su vida, según se desprende del estudio "Desórdenes temporomandibulares" (A. Bermejo Madrid: Science Tools; 2008). Las personas entre los 15 y los 45 años de edad, en especial las mujeres, son más susceptibles a sufrir este trastorno.
La sintomatología más común asociada a los trastornos de la articulación temporomandibular va desde la dificultad o molestia en la masticación, chasquidos al abrir y/o cerrar la boca, dolor de oído, de cabeza o sensibilidad en la mandíbula, hasta problemas para cerrar la boca. "La mayor parte de las personas que buscan asistencia por traumatismos de la articulación temporomandibular presentan como síntoma principal el dolor general en la cara, sobre todo de músculos masticatorios y de cabeza, cuya principal causa es la presencia de una disfunción de esta", comenta Zubeldia.
A pesar de su alta incidencia, las causas no están claramente determinadas. "En algunos casos, un trauma en la mandíbula o la ATM puede suponer un factor de desarrollo de estos trastornos, pero en la mayoría de los casos, no se conocen las causas. No obstante, sí que hay una serie de factores de riesgo muy definidos", explica Patricia Zubeldia, odontóloga responsable de Dirección Asistencial de Sanitas Dental.
Factores como una mala mordida, el rechinamiento de los dientes (bruxismo) o el estrés podrían desencadenar la aparición de estos traumas. Además, una mala alimentación o la falta de sueño provocarían algunos de los síntomas de esta patología. "Pese a que se trata de un problema muy común, la gran mayoría de la población no consulta o busca atención médica debido a que los síntomas no afectan a la calidad de la vida diaria", afirma Patricia Zubeldia.
Tratamiento de trastornos de la articulación temporomandibular
En los casos de sintomatología más severa, el procedimiento puede llegar a ser una cirugía mínimamente invasiva, aunque los más comunes son los tratamientos de enfoque conservador, mediante el uso de fármacos y una férula de descarga nocturna. Se trata de una placa de plástico transparente que tiene el fin de evitar que los dientes de arriba entren en contacto con los de abajo, para no permitir el desgaste que se produce al apretar o friccionar unos contra otros. La férula de descarga, además, permite la relajación de los músculos y la colocación de la articulación mandibular en su posición normal. De este modo se lleva a cabo una labor de "desprogramación" de los músculos y que estos se deshabitúan a mantener las posiciones que causan tensión y provocan la acción de apretar los dientes.
Ha de ser un odontólogo quien realice dicha férula de descarga, siempre a medida del paciente.
"Las terapias simples y suaves son las primeras que se recomiendan e implican acciones como relajar y masajear los músculos de la mandíbula, aplicar técnicas antiestrés o compresas húmedas, frías o calientes en la cara. No obstante, si el dolor derivado del trastorno de la ATM es muy intenso, el paciente deberá acudir a su médico u odontólogo para que le recete medicamentos antiinflamatorios o relajantes musculares", explica Patricia Zubeldia.
Los deportistas, los más afectados por estos trastornos
"Los grupos de población que más padecen estos problemas son los deportistas, los adultos y los adolescentes, lo que es de esperar si tenemos en cuenta que son los grupos que se ven expuestos en mayor medida a factores condicionantes como el estrés", detalla Patricia Zubeldia.
Según el Estudio Sanitas de Salud Bucodental, los deportistas son los que más padecen este tipo de problemas, ya que un 23,1% de estos ha tenido que acudir al dentista durante el último año por este motivo. Este dato se explica por los riesgos presentes en la práctica deportiva y también por otros elementos como el estrés o el bruxismo. Cabe destacar que en los deportistas el dolor o la dificultad articular al abrir o cerrar la boca es mayor que en el resto de la población, con un 5,6% de los encuestados frente al 1,9% del dato global.
El segundo conjunto de población con una mayor tasa de estos trastornos son los adultos, el 21% de estos presenta trastornos de la ATM. Destaca el número de adultos que afirman que el estrés es el motivo de su bruxismo, un 19,2%. El tercer grupo más afectado es el de los adolescentes con un 18,7% del total afectado por los trastornos de la articulación temporomandibular, lo que supone más de un 11% más que los niños, los mayores o las embarazadas.