Según pone de manifiesto una encuesta elaborada por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y el Centro de Información de la Pediculosis, casi uno de cada cinco españoles asegura que se sentiría avergonzado en el caso de que su hijo tuviera piojos. La encuesta, realizada entre 2.000 personas, es la primera de estas características que se realiza en España.
Los niños de los niveles de infantil y primaria son los más susceptibles de infestación debido a los hábitos de juego, según informa la SEPEAP en un comunicado. Además, los datos de la encuesta indican que en cuatro de cada diez hogares los niños en edad escolar han tenido piojos alguna vez.
"La vuelta a clase supone una época crítica para el contagio, en la que se hace especialmente necesaria la protección, ya que muchos niños vuelven con piojos de vacaciones y las condiciones de calor y contacto frecuente entre cabezas hacen propicia la infestación", asegura el doctor José Luis Bonal, presidente de la SEPEAP.
La encuesta, además, pone de manifiesto algunos falsos mitos en torno a la pediculosis, como el hecho de que seis de cada diez encuestados asocien la suciedad del pelo con el riesgo de contagio. "Los piojos no tienen nada que ver con la higiene, el nivel socioeconómico o los hábitos de vida. Es más, muestran cierta preferencia por el pelo limpio", afirma el doctor Carlos Marina, del Centro de Información de la Pediculosis.
Cuando se detecta un caso, "hay que tratarlo con champús y lociones pediculicidas y la ropa que ha estado en contacto con la persona afectada debe lavarse a más de 60 grados. Los niños y los mayores del entorno deben aplicarse un producto protector de dispensación farmacéutica", añade el Dr. Marina. Los protectores actúan sobre el cuero cabelludo formando una película protectora. Cuando uno de estos parásitos detecta con sus antenas receptoras la presencia del protector se saturan y no quieren habitar en ese cabello.