Uno de cada cuatro españoles duerme peor que el año pasado

Uno de cada cuatro españoles duerme peor que el año pasado, y dos de cada tres (67%) se muestra favorable a utilizar plantas medicinales para combatir el insomnio, según se desprende de una encuesta realizada por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO). Un 51% dice dormir igual y solo un 12% asegura dormir mejor.
 

Un 30% de la población tiene al menos alguna de las manifestaciones propias del insomnio, aunque el insomnio crónico afecta solo al 10% de la población, según la última Guía de Práctica Clínica del Insomnio en Atención Primaria. El insomnio crónico aumenta el riesgo de padecer hipertensión, diabetes y depresión, entre otras patologías.

La crisis parece pasar factura a los españoles en el sueño. Uno de cada cinco encuestados asegura que lo que más le dificulta para dormir son los problemas laborales y el miedo al paro, por delante de preocupaciones de familia y salud, que habían estado por encima hasta ahora. "Cualquier situación de crisis social causa mayor estrés para  grandes grupos de población y no es aventurado decir que al menos el insomnio transitorio ha podido aumentar", asegura el doctor Antonio Vela, profesor de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid y responsable del Laboratorio del Sueño Humano.
 

Sin embargo, este especialista destaca que "la capacidad de cada individuo para hacer frente a la situación estresante determina la facilidad para dormir". Una capacidad que parece estar influenciada por factores familiares, según una investigación que el doctor Vela dirige en la Universidad Autónoma. "Hay una tendencia a sufrir insomnio si los padres también suelen padecerlo. Creemos que podría haber una predisposición genética", aunque hay factores psicológicos que también podrían originarse en el entorno familiar.

Las características que presentan tanto los jóvenes, como las personas en la mitad de la vida, que aún no padecen insomnio, pero que tienen vulnerabilidad para padecerlo en situaciones de estrés son la facilidad para activarse, cavilar mucho y mucha actividad cognitiva (pensamientos) antes de dormirse.

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Es la alteración del sueño, bien por dificultad en conciliarlo (debido a problemas de estrés, ansiedad, menopausia, consumo excesivo de alcohol, etc.) o por tener un despertar precoz (típico en la depresión). Puede dar lugar a irritación, ansiedad, mal humor, falta de concentración, alteraciones del apetito, etc. Si el insomnio es habitual, su tratamiento debe ser consultado con un médico.

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