Los nuevos desafíos que plantea la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos sólo pueden afrontarse con garantías de éxito desde la colaboración público-privada. Así se puso de manifiesto este miércoles en Madrid en la jornada conmemorativa del X Aniversario de la Iniciativa Europea de Medicamentos Innovadores (IMI), financiada al 50% entre la Comisión Europea y la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) y que en el último decenio ha hecho posibles inversiones por más de 5.300 millones de euros e impulsado 107 proyectos público-privados para el fomento de la I+D de medicamentos innovadores en Europa.
"Hoy la inmensa mayoría de los proyectos de I+D biomédica necesita de la colaboración de profesionales sanitarios, hospitales y centros de investigación públicos y privados, reguladores, organizaciones de pacientes y compañías farmacéuticas y biotecnológicas. Se trata de una nueva forma de trabajo que comenzó tímidamente hace diez años y que hoy ya no tiene vuelta atrás", indicó en la inauguración de la jornada Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria, entidad organizadora de la jornada junto con el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), el Instituto de Salud Carlos III y Asebio.
En el último decenio la industria farmacéutica con actividad en España ha jugado un papel decisivo en muchos de los proyectos puestos en marcha por IMI. Buenos ejemplos de ello son proyectos como IMI Eupati, que busca potenciar la participación de los pacientes en el proceso de I+D de medicamentos; IMI Do-It, cuyo objetivo es el aprovechamiento para investigación de la ingente cantidad de información clínica disponible en el sistema sanitario utilizando herramientas de big data, o Harmony, que tiene como fin encontrar tratamientos más eficaces para los tumores hematológicos reutilizando para ello datos de pacientes con técnicas de big data.
Este último proyecto, además, es uno de los que han sido coordinados por investigadores españoles. Se trata de los hematólogos Jesús María Hernández Rivas, del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca, y Guillermo Sanz Santillana, del Hospital Universitario La Fe, de Valencia. Gracias a este proyecto ya se han empezado a recolectar datos clínicos, biológicos y genómicos de más de 100.000 pacientes con neoplasias hematológicas procedentes de once países europeos.
Otros proyectos relacionados con el big data que cuentan con participación española en el seno de IMI son la plataforma EMIF, para la utilización de datos clínicos en la investigación biomédica; Open PHACTS, que persigue generar nuevo conocimiento en I+D farmacéutico haciendo legibles, para aplicaciones informáticas, los datos clínicos, y eTOX, proyecto que tiene como objetivo predecir la toxicidad de medicamentos en fases tempranas de I+D mediante el análisis integrado de casuística acumulada en la industria farmacéutica.
Precisamente este último proyecto, eTOX, coordinado por el profesor Ferran Sanz en la primera convocatoria de IMI y desarrollado entre 2010 y 2016 con un presupuesto de 18,5 millones de euros y la participación de 30 entidades, entre ellas 13 compañías farmacéuticas, generó tanto interés en la comunidad científica que ha logrado tener continuidad a través de otros programas enmarcados en la segunda convocatoria de IMI.
"El valor de todos estos proyectos IMI para el desarrollo de nuevos tratamientos cada vez más eficaces y precisos es incuestionable", agregó Urzay, que puso en valor el compromiso que mantienen los laboratorios radicados en España en esta iniciativa, que lleva ya dos convocatorias desde 2008 y responde al impulso conjunto de la Comisión Europea y la industria farmacéutica.
De hecho, tal como se puso de relieve en la jornada a partir de datos del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), tras estos primeros diez años España se ha convertido en el sexto país de la Unión Europea con mayores retornos derivados de IMI, con un 5,9% del total contabilizado en la Unión Europea y subvenciones por valor de 88 millones de euros, por detrás de Reino Unido (28,6%), Francia (14,7%), Holanda (13,8%), Alemania (12,7%) y Suecia (5,9%). Además, las entidades españolas están presentes en 58 de las 112 actividades financiadas por IMI (el 52% del total), siendo responsables de la coordinación de seis de ellas (el 5,4%). En lo que se refiere en concreto a la segunda convocatoria de la Iniciativa (IMI-2), que se desarrolla en el periodo 2014-2020, la participación española aumenta hasta el 8%.
"Estos datos –explicó Urzay– nunca hubieran sido posibles si los diferentes agentes involucrados (centros de investigación, hospitales, autoridades sanitarias y del área de I+D, profesionales sanitarios, investigadores, pacientes e industria farmacéutica) no hubieran trabajado de forma coordinada en busca de un objetivo común: el desarrollo de nuevos y más eficaces medicamentos".
Importante retorno científico
En cualquier caso, según el subdirector general de Farmaindustria, es necesario seguir trabajando para aumentar la presencia española, tanto del sector público como del privado, en los distintos consorcios IMI, ya que "esta participación trae importantes retornos científicos y económicos al país". Buena prueba de ello, además de la creciente participación de las instituciones, centros y compañías farmacéuticas, es la presencia de personalidades españolas relevantes en el Comité Científico de IMI, como fue el caso de Ferran Sanz, Cristina Avendaño, María Blasco y María Dolores Navarro y, ya más recientemente, de Alfonso Valencia y Eduard Montanya.
La fórmula que representa IMI debe ser, además, una de las principales apuestas de futuro para consolidar a España como un país referente en I+D biomédica. En este contexto, Urzay, tras recordar que la primera convocatoria IMI (2008-2013) nació bajo el séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico, e IMI-2 bajo el programa Horizon 2020, destacó que actualmente, cuando se está discutiendo el noveno Programa Marco, llamado Horizon Europe, "el papel que han de jugar las iniciativas de colaboración público-privada resultan claves para el futuro desarrollo de la investigación biomédica".
Por ello, en el caso de España, Farmaindustria puso en marcha hace ya 12 años, en paralelo al lanzamiento de IMI, la Plataforma Española Medicamentos Innovadores, que ha permitido crear un sistema articulado de colaboración público-privada y de fomento del trabajo en red en distintos ámbitos de la investigación biomédica, lo que ha sido clave para convertir al país en un referente en el ámbito de los ensayos clínicos.