El uso de fotoprotector en los menores de 18 años reduce el riesgo de cáncer cutáneo

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) advierten que el abuso de la exposición solar es un peligro potencial que puede producir manchas, arrugas, cataratas y tumoraciones superficiales a largo plazo.
 

La exposición al sol es beneficiosa y necesaria ya que estimula la síntesis de vitamina D, favorece la circulación sanguínea y actúa en el tratamiento de algunas dermatosis. Sin embargo, una sobreexposición en la intensidad y el tiempo que se permanece al aire libre en verano puede acarrear una serie de efectos malignos para la piel y la salud en general, que van mucho más allá de las quemaduras evidentes de los días inmediatos.
 

La aparición del cáncer de piel se relaciona, pues, con la exposición a los rayos solares durante períodos de tiempo largos y con exposiciones intermitentes e intensas. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen en todo el mundo más de dos millones de cánceres de piel distintos del melanoma y 200.000 melanomas malignos. Según distintos estudios clínicos, utilizar un fotoprotector de factor 15 durante los primeros 18 años de vida puede reducir hasta un 78% el riesgo de cáncer cutáneo.
 

En este sentido, los pediatras de Atención Primaria recomiendan evitar exponer a los niños al sol entre las 12 y las 17 horas, usar cremas o lociones fotoprotectoras con un factor de protección 15 o mayor en niños de piel clara, pelirrojos, niños de ojos claros, con pecas o afectos de dermatitis atópica u otras enfermedades de la piel. Además, es recomendable el uso de lociones hidratantes y calmantes después de la exposición solar para disminuir la quemazón cutánea y paliar las anomalías originadas por la agresión solar.

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