La irrupción de los tratamientos mediante láser en el ámbito de la dermatología ha supuesto una revolución a muchos niveles por su versatilidad a la hora de tratar diferentes lesiones y su utilidad en el ámbito estético, especialmente en el rejuvenecimiento de la piel.
El láser de CO2 ha evolucionado mucho en los últimos años. Si bien en un inicio era de pulso continuo, actualmente incorpora notables mejoras en cuanto a seguridad y eficacia, permitiendo aplicar un mayor potencial de energía en menos tiempo, de modo que se trabaja de forma mucho más rápida. Además de su utilidad en dermatología estética, con unos magníficos resultados a la hora de mejorar, por ejemplo, arrugas, marcas de acné, etc., también cuenta con la opción quirúrgica o de vaporización, muy útil para tratar lesiones protuberantes.
Como señala la Dra. Mayte Truchuelo, dermatóloga del Instituto Dermatológico de Vithas Internacional, "la vaporización se traduce en que este láser tiene afinidad por el agua y lo que va haciendo es eliminar, capa a capa, estas lesiones que son abultadas. Lo hace sin dejar cicatriz, ya que es un láser de gran precisión, cuya peculiaridad es que da mucha energía en muy poco tiempo, de modo que la piel que rodea la lesión no se calienta, evitando así la cicatriz". Otra ventaja novedosa que aporta el tratamiento mediante el láser de CO2 frente a otro tipo de láseres de vaporización es que permite también coagular, lo que evita el sangrado.
Este tipo de lesiones abultadas, como son las verrugas, los fibromas, lunares abultados, siringomas palpebrales o papilomas de la planta del pie, son generalmente benignas. "Habitualmente se eliminan por estética o por molestias que pueden ocasionar por el roce, pero no es necesario analizar el tejido tras su eliminación", afirma la Dra. Truchuelo.
Pasos para el tratamiento
Como apunta la especialista, se trata de un procedimiento totalmente seguro y eficaz: "normalmente pautamos dos sesiones para la eliminación de la lesión. En la primera, prácticamente se quita todo, pero hacemos una segunda de repaso".
En el caso de este tipo de lesiones abultadas no es necesario preparar previamente la piel. Durante el tratamiento se inyecta al paciente anestesia local.
"El paciente se puede ir a casa inmediatamente y hacer vida normal. En la lesión tratada se creará una costra que, dependiendo de la zona, se desprenderá entre 7 y 14 días después", explica la Dra. Truchuelo.
Las ventajas principales de la vaporización mediante el láser de CO2 son:
- Su mayor eficacia y seguridad.
- Evita cicatrices, ya que actúa muy selectivamente, de modo que no daña los tejidos adyacentes.
- Permite la coagulación de los vasos sanguíneos, de modo que la piel no sangra.