Para impedir el contagio de una amigdalitis se debe:
- Mantener a distancia a cualquier persona con amigdalitis o dolor de garganta.
- No se deben compartir utensilios, vasos, cepillos de dientes, etc., con cualquiera que tenga amigdalitis o dolor de garganta.
- Se deben lavar las manos (y las de su niño) frecuentemente.
- Cúbrase la boca cuando tosa o estornude y enseñe a sus hijos a hacerlo también.
Un enfermo con amigdalitis necesita reposo y alimentarse bien. Si el enfermo encuentra tan doloroso el hecho de tragar que le resulta dificultoso comer, se pueden administrar líquidos y alimentos blandos, como caldos, sopas y purés, batidos de leche y gelatinas.
Procure que el enfermo se hidrate regularmente bebiendo abundante líquido, siendo oportuno que guarde reposo. Tómele la temperatura regularmente.
Adminístrele un analgésico si tiene fiebre y/o dolor.
Esta infección se suele contagiar de una persona a otra mediante el contacto con las secreciones de la garganta y de la nariz infectadas.
Asegúrese de mantener los vasos y cubiertos del enfermo separados de los del resto de la familia, y lávelos con agua caliente y jabón.
Después de un brote de amigdalitis producido por bacterias del género estreptococo, es necesario tirar a la basura el cepillo de dientes del enfermo.