La degeneración macular no tiene cura. Desde el año 1996, se está aplicando una nueva terapia: se utiliza un láser combinado con un nuevo fármaco, verteporfino. Se administra en una terapia llamada fotodinámica, y el medicamento se activa con el láser. La terapia se aplica cada tres meses y requiere entre cuatro y seis sesiones. Este tratamiento se desaconseja en personas con porfiria, enfermedades hepáticas graves o cardiopatías muy inestables.
La termoterapia transpupilar se utiliza en aquellos casos en que no ha sido posible localizar el origen de la exudación mediante las angiografías.