La historia clínica y los síntomas hacen sospechar la presencia de un glaucoma. Se confirma mediante:
- La medida de la tensión intraocular mediante un tonómetro.
- La gonioscopia, que es una inspección del ángulo de drenaje mediante unas lentes.
- La oftalmoscopia se realiza tras la aplicación de unas gotas para dilatar la pupila y el oculista podrá observar el nervio óptico y sus posibles alteraciones.
- La campimetría se realiza para comprobar las posibles pérdidas visuales periféricas.